martes, 21 de mayo de 2013

TRABAJAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL AULA


El Termómetro Emocional:

Objetivo: Fomentar la conciencia emocional y la expresión de emociones.
Descripción: Proporciona a cada estudiante una hoja con un dibujo de un termómetro. Pídeles que identifiquen y escriban una emoción que están sintiendo en ese momento en la parte superior del termómetro. Luego, pídeles que coloquen una marca en la escala del termómetro para indicar la intensidad de esa emoción, desde "frío" hasta "caliente". Después, invita a algunos estudiantes a compartir sus emociones y el motivo de su intensidad con el resto de la clase, fomentando la empatía y la comprensión entre los compañeros.

El Árbol de las Emociones:

Objetivo: Fomentar la empatía y la identificación de emociones propias y ajenas.
Descripción: Dibuja un árbol grande en un papel o cartulina y recórtalo. Pega el árbol en la pared del aula. Luego, recorta varias hojas de papel de diferentes colores. En cada hoja, escribe una emoción diferente, como alegría, tristeza, ira, miedo, etc. Coloca las hojas cerca del árbol. Durante la clase, invita a los estudiantes a escribir o dibujar una situación en la que hayan experimentado esa emoción en una hoja y luego pegarla en el árbol. Al final, discutan juntos las emociones representadas en el árbol y cómo pueden afectar a las personas en diferentes situaciones.

La Rueda de la Empatía:

Objetivo: Desarrollar la habilidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus emociones.
Descripción: Forma grupos de tres o cuatro estudiantes y da a cada grupo una hoja grande de papel y marcadores. Pide a los grupos que dibujen una gran rueda dividida en secciones, como una rueda de colores. En cada sección, escriben una emoción diferente, como felicidad, tristeza, enojo, etc. Luego, invita a los grupos a discutir y escribir ejemplos de situaciones que podrían provocar cada una de esas emociones. Finalmente, pide a los grupos que compartan sus ruedas de empatía con la clase y discutan cómo podrían responder de manera empática a esas emociones en situaciones reales.

Estas dinámicas son solo algunas de las muchas formas en que se puede fomentar la inteligencia emocional en el aula, ayudando a los estudiantes a comprender y gestionar sus propias emociones y las de los demás.