viernes, 29 de diciembre de 2017

Tratando con un padre crítico y desaprobador



La Navidad es un tiempo de vuelta a casa, de reunirnos en torno a la mesa con toda la familia y, la mayoría de las veces, darnos cuenta que hay viejas heridas que siguen abiertas.

Es posible que emociones de felicidad y de todo lo contrario se entremezclen al encontrarnos de nuevo con nuestros padres,  por lo menos aquellos afortunados que todavía cuentan con ellos. En alguna ocasión, nadie  puede darnos tanto amor o causarnos tanto dolor como uno de nuestros progenitores. El poder que le otorgamos sigue siendo inconmensurable y mágico.

¿Tienes un padre/madre que te critica constantemente? ¿Has hecho todo lo posible para ganar su aceptación, solo para  terminar sintiendo que todavía no eres lo suficientemente bueno para él/ella?

Si respondiste afirmativamente a estas preguntas, no está solo.

Luis  comenzó nuestra sesión de los martes,  una vez más, molesto por un comentario crítico que su madre le había hecho la noche anterior en la cena familiar. Desde luego que Luis  estaba  ya acostumbrado a las críticas, las había estado escuchando durante veinticinco años. Sin embargo, de alguna manera,  el dolor no había disminuido y continuaba dejando a Luis con un sentimiento de "no soy lo suficientemente bueno" en el fondo. Y nuevamente, Luis quería que nuestra sesión se enfocara en el cambio de su madre. Para él, las cosas estarían bien una vez que su madre se volviera más tolerante y le aceptara.

Muchos adultos como Luis, todavía creen que su felicidad está ligada a la aprobación de sus padres. Entonces esperan y esperan algo que quizás nunca llegue.

Si puedes ponerte en el  lugar de Luis, tal vez es hora de que dejes de intentar que uno de tus padres cambie y te aceptes tu mismo con o sin su aprobación. A continuación algunos consejos que pueden ayudarte a lidiar con un padre crítico.

Acepta que estás a cargo de tu felicidad. Acepta que no tienes control sobre tus padres y acepta que ellos nunca cambien. En lugar de concentrarte en las cosas que no puedes controlar, concéntrate en las cosas que puedes.

Comprende que su crítica es sobre ellos y no sobre ti. Las personas que se sienten bien consigo mismas no pasan mucho tiempo criticando a los demás. Las personas felices que se gustan a sí mismas suelen apoyar a otras personas con palabras de elogio y aliento.  El problema está arraigado en el propio desprecio que sienten sobre sí mismos lo que les lleva a despreciar o lanzar descalificaciones al otro. Antes de que puedan mostrarte compasión, deberían aprender cómo aceptarse  y amarse a sí mismos y eso no depende de ti.

Debes saber  que tus padres te ven como una extensión de sí mismos. Te tratan de la misma manera que se tratan a ellos sin parar a pensar en ti como una persona separada,  con sentimientos separados.

Mira la situación a través de los ojos de un adulto. Cuando eras un niño, pensabas que tu padre lo sabía todo. Creíste que su opinión era la opinión "correcta". Ahora eres mayor y es útil recordar que la opinión de tus padres es solo eso, su opinión. Solo porque lo digan, no lo hace automáticamente verdadero.

Recuerda que tu padre te ama. Incluso el padre más crítico ama a su hijo. Como dijimos anteriormente, su crítica tiene mucho más que ver con ellos que contigo.

Se asertivo. Cuando tu padre te critique, no te pongas a la defensiva y des excusas o te justifiques por lo que estas o lo que no estás haciendo. Simplemente di: "No opino así". Sí, es probable que su padre responda a esto de manera crítica, pero tú lo está diciendo para ti, no para ellos.  Ponerles un límite sano te evitará responder de una manera explosiva o deprimida. También reduce el riesgo de ruptura emocional (eliminando a uno de tus padres de tu vida) y disminuye las posibilidades de que proyectes tu ira sobre otra persona (como un hijo o un cónyuge).

Toma un punto de vista de altura. Aunque a tus padres les puede resultar difícil tener empatía, puedes comunicarte con tu propia compasión: compasión hacia ti y compasión hacia quien te lastima. Cuando te critiquen, piensa: "Estoy tan contento de no utilizar ese tipo de críticas con los demás. Debe ser horrible". Ten empatía por el padre/madre que te desilusiona.

Usa una mente de teflón. Al igual que una sartén de teflón (una sartén antiadherente) permite que las cosas se deslicen, también puedes practicar dejando que la crítica apague de inmediato. No tienes que dejar que se quede. La crítica es realmente un reflejo de quien la está entregando. No dejes que se te pegue.

Equilibra la energía positiva y negativa. Asegúrate de pasar tanto tiempo o más con personas que te entusiasmen y te inspiren. El equilibrio te traerá paz y alegría.

Tomar las críticas personalmente, buscar constantemente la aprobación y esperar que tus padres cambien, a menudo te quitaran tu alegría. En su lugar, trabaja en la aceptación, acéptate a ti mismo y acepta al padre/madre crítico. No necesitas aceptar las cosas negativas que dicen para aceptar que te quieren de todos modos.

martes, 21 de noviembre de 2017

Análisis Transaccional, neurociencias y estres



Sentirme atacado significa que interpreto los hechos, palabras o intenciones como un asalto violento y agresivo hacia mi. Las personas que se sienten a menudo atacadas percibirán el ataque incluso aunque no se esté produciendo.

Desde el AT , la persona que se siente atacada interna o externamente activará su Niño Sumiso o Rebelde. Su cuerpo se preparará ante el ataque, bien para huir o paralizarse o bien para atacar. Ante la amenaza nuestro cuerpo segregará hormonas, como cortisol, y neurotransmisores, como epinefrina (adrenalina) y norepinefrina.  El sistema autónomo activará la orden de  supervivencia. El sistema simpático activará la liberación de noradrenalina que incrementará el ritmo de las contracciones cardiacas, también se desencadenará la liberación de glucosa de las reservas de energía, y junto con la epinefrina  incrementará el flujo sanguíneo hacia el músculo esquelético. El suministro de oxígeno del cerebro se incrementará. La respiración se acelera. Los vasos sanguíneos periféricos se contraen para llevar más sangre donde más se necesita.

Si se intensifica nuestro nivel de estrés nuestro cuerpo reduce o incluso puede llegar a desconectar otros sistemas fisiológicos, como inmunitario, el digestivo y el reproductivo que no son totalmente necesarios para luchar o huir.

El cerebro activa el mismo tipo de respuesta fisiológica ante el peligro físico y psicológico, porque no establece diferencia.

Nuestra interpretación de la realidad va a ser definitiva en la activación de nuestra respuesta al estrés. Nuestros pensamientos son los que  crean nuestra respuesta.

Pocas veces en nuestra vida diaria nos encontramos con un peligro real que amenace a nuestra supervivencia. Sin embargo nuestro cuerpo reacciona a nuestros pensamientos catastróficos como si verdaderamente nuestra vida corriera peligro aunque en la realidad nos encontremos ante situaciones banales o que se podrían experimentar de otras maneras mucho más beneficiosas.

La mayoría de las veces nuestro estrés se produce por la interpretación que automáticamente hacemos de los hechos, palabras o intenciones de los otros. Una interpretación que nuestras redes neuronales (sistemas de memorias implícitas) han ido asociando a emociones y experiencias, posiblemente infantiles, en las que el niño se sentía sin recursos.

Si mis pensamientos me llevan a sentirme víctima o atacado, bajo una creencia de que las cosas no deberían ser así, mi respuesta al estrés será automática. Nada podré hacer por detenerla.  Berne definió el Estado del Niño como “un conjunto de sentimientos, actitudes y comportamientos que son reliquias de los sentimientos, actitudes y comportamientos  de la infancia de un individuo.”(Berne, 1961:69).

La mayoría de estas respuestas automáticas emocionales Berne las denominó emociones parásitas o rackets y Dispenza las define como pensamientos y emociones de origen genético, ambiental o experimentado en la infancia y que ha creado un circuito neuronal automático e inconsciente.

El sentimiento parásito estará conectado a una serie de creencias sobre uno mismo, los demás y el mundo, y una gama de experiencias internas  (o síntomas) y comportamientos observables. Cambiar o inutilizar estos sistemas neuronales tan consistentes en nuestro cerebro no es fácil, pero como la neurociencia está demostrando es posible gracias a la plasticidad neuronal.

Se trataría de crear nuevos conexiones neuronales más útiles, beneficiosos  y coherentes con la realidad actual, de manera que estos nuevos circuitos puedan activarse desactivando o desplazando a los antiguos. Al crear nuevas redes neuronales y fortalecerlas con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, de forma regular, las redes que dejamos de utilizar tienden a desaparecer.

Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define.  A escala neuronal el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva o lógica.

El encargado de hacer esta tarea es el Estado Adulto.  Un Adulto observador, neutro, que reconoce opciones, con capacidad de elección, informado, que toma decisiones y construye nuevas estructuras de pensamiento. Estas nuevas estructuras de pensamientos o rutina cognitiva va a generar una nueva respuesta fisiológica, nuestro cerebro producirá una respuesta química nueva.

Cada pensamiento produce un químico que está emparejado con un sentimiento en tu cuerpo. Esencialmente, cuando elaboras pensamientos de felicidad, de inspiración, o pensamientos positivos, tu cerebro elabora químicos que te hacen sentir inspirado, regocijado, y elevado. Por ejemplo, cuando te anticipas a una experiencia que es placentera, el cerebro inmediatamente segrega un neurotransmisor químico llamado dopamina, que enciende al cerebro y cuerpo en anticipación de esa experiencia y que causa que tú comiences a sentirte excitado.

Si tienes odio, enojo y sentimientos de baja estima, el cerebro también producirá neuropéptidos, ante los que el cuerpo responderá , así como, se verá alterado tu estado de conciencia. 

Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón, con enfermos dependientes de la insulina tipo II, que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia  (risas) normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.

Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre actualizando sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico una y otra vez.  Porque el pensamiento crea el sentimiento, y después el sentimiento crea pensamiento, en un continuo ciclo.

 ¿Qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar?

Ya lo sabes? Bien, pero eso sólo es la casilla de salida. Conocerlo no es cambiarlo. El conocimiento es sólo lo que precede a la experiencia. Aprender una información es integrarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez creará nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un patrón de conexiones nuevas en el cerebro, y eso permite pasar del pensar, al hacer, al ser.

Mientras, desde el Estado Adulto, aprendemos nueva información y la pensamos, la contrastamos  con nuestras creencias y la analizamos, vamos cambiando nuestro cableado cerebral, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo actuarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.  Recuerda, para  cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.

Sabemos que no es fácil, la constancia es primordial, la adicción a los viejos patrones de pensamiento y su respuesta química no nos lo va a poner fácil. Sin embargo, la recompensa al esfuerzo será inmensurable.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Tipos de padres, tipos de comunicación con las emociones


Según Dr. Siegal, si has tenido un apego seguro :

Has sido “Visto” - esto no es solo ver con los ojos. Significa has sido percibido de forma profunda y empáticamente,  has sentido que tu persona era respetada detrás de tu comportamiento. Siegal lo llama "visión mental".

Te has sentido seguro – han evitado contigo acciones y respuestas que te asustaran o lastimaran.

Te has sentido tranquilo: te han ayudado a manejar emociones y situaciones difíciles.

Bienestar interno: te han permitido desarrollar una sensación interna de bienestar

Un bebé que recibe atención amorosa y apego seguro  formará diferentes vías neuronales a las de un bebé cuyo padres o cuidadores no puede ser sensibles y sincrónicos.


Los diferentes circuitos neuronales que se forman en un bebé con un padre o cuidador que no se sincroniza con las necesidades físicas y emocionales del bebé se cree que es la base para la formación de respuestas emocionales desequilibradas.

Veamos los diferentes comportamientos de los Estados del Yo en su función de padres ante las reacciones emocionales de sus hijos.

Padre Nutritivo Positivo

  • Toma conciencia de la emoción del otro.
  • Conecta y ve la emoción como una oportunidad para la intimidad y la protección.
  • Acepta, comunica su comprensión y aceptación de la emoción, empatía.
  • Reflexiona - Usa palabras para describir sentimientos.
  • Si es necesario, ayuda a resolver problemas. Comunica que todos los deseos y sentimientos son aceptables, pero que algunos comportamientos no lo son.

Padre Crítico Negativo

  •  Desaprueba las emociones negativas: son vistas como un signo de debilidad, falta de control, no constructivo.
  • Carece de empatía, crítico e intolerante.
  • Trata de deshacerse de las emociones negativas a través de la disciplina, la reprimenda, el castigo.
  • Se centra en el comportamiento en lugar de las emociones que generan el comportamiento.
  • Es más probable que vea las emociones negativas como una forma de manipulación, falta de obediencia, signo de mal carácter.
  • A menudo motivado por la necesidad de controlar y recuperar el poder y / o 'endurecer' al niño.


Niño


  • Acepta las emociones pero no ayuda al niño a entenderlas
  • Ofrece poca orientación sobre el comportamiento
  • No establece límites
  • Cree que necesita capear las emociones negativas
  • No ayuda al niño a resolver el problema cuando es necesario
  • Muestra sus propias emociones pero no puede resolverlas


Adulto

Empoderamiento
  • Cuando el niño está tranquilo y en un estado relajado y racional: Explora los sentimientos que dan lugar a la conducta / problema /incidente.
  • Busca ideas alternativas y acciones que podrían llevar a resultados más  apropiados y productivos.
  • Empodera al niño para que crea que él / ella puede superar las dificultades y administrar sentimientos / comportamiento.


Y tú? Qué estilo de "Padre" tienes con tu "Niño Interno"?

sábado, 14 de octubre de 2017

Análisis Transaccional y Gestalt dos herramientas trabajando juntas

Dos escuelas de psicología humanista que hoy gozan de gran popularidad son el Análisis Transaccional y la Terapia Gestalt, la primera asociada con Eric Berne (1961, 1964, 1972) y Thomas Harris (1969), y la última con Fritz y Laura Perls (Perls, 1969a, 1969b). Gran parte del éxito del Análisis Transaccional parece residir en su absoluta simplicidad y en lo directo y básico de su enfoque, mientras que el éxito de la Gestalt deriva de los poderosos y fundamentales cambios para el crecimiento que facilita.

El Análisis Transaccional y la Terapia Gestalt coinciden en que la estructura de la personalidad del individuo contiene tres subpersonalidades más o menos distintas. El Análisis Transaccional se refiere a ellas como el Padre, el Adulto y el Niño; mientras que para la Terapia Gestalt son el Perro de arriba, el yo centrado y el Perro de abajo. El propio Freud había propuesto una división estructural tridireccional de la psique: el superyó (con subdivisiones de ego-ideal y conciencia); el ego propiamente dicho; y el Ello, estrechamente asociado con el ego infantil (Blum, 7953, Fenichel, 7972). Así pues, tenemos el superyó, el Padre, el Perro de arriba, cuyo núcleo está compuesto por las demandas internalizadas y los juicios de los padres y otras figuras de autoridad. Tenemos también el Ello, el Niño, el Perro de abajo, que consiste en todos los sentimientos de impotencia y dependencia que la persona sentía como un niño. Finalmente, y afortunadamente, tenemos el ego, el Adulto, el yo auténtico, capaz de ver la realidad presente y capaz de basar sus decisiones en hechos objetivos y no en las amenazas del Padre / Perro de arriba, ni en los temores arcaicos del Niño / Perro de abajo.

Pero para sacar a este Adulto y establecerlo firmemente, la persona tiene que liberarse de la opción automática de operar en sus modos de Padre o Niño, y este es el objetivo de la terapia.

En el Análisis Transaccional, esta "liberación del Adulto" se basa en un principio simple, ya que los mensajes del Padre y del Niño están grabados permanentemente en tu cerebro, no puedes borrarlas, pero sí puedes aprender a detectarlas y reconocerlas claramente en ti mismo y puedes optar por aprender a desactivarlas. En resumen, se puede aprender a "permanecer en el Adulto".

Así, a medida que una persona comienza a estudiar el Análisis Transaccional, aprende los fundamentos del esquema Padre-Adulto-Niño y luego los aplica a sus transacciones habituales. A medida que el individuo comienza a tener una sensación real de su Padre y Niño, descubrirá además que tanto el Padre como el Niño pueden ser "señalados" en una de dos direcciones básicas. El Padre, por ejemplo, puede dirigir sus demandas y pronunciamientos hacia los demás, pero también puede dirigir sus amenazas y castigos hacia su propio Niño Interno. Del mismo modo, el Niño puede ser dirigido hacia dentro respondiendo a las amenazas de su propio Padre o hacia fuera hacia las amenazas de los Padres de los otros. Y en general, esto da a los individuos cuatro patrones básicos en los que pueden operar si se niegan a permanecer en el Adulto.

El hecho de que los individuos puedan reflexionar sobre qué papeles están jugando y en qué dirección se dirigen les servirá de gran ayuda. Porque al identificar objetiva y racionalmente al Padre y al Niño en sí mismos y en los demás, necesariamente estarán operando desde el Adulto. Con el fortalecimiento del Adulto se produce un silenciamiento del Niño y del Padre Arcaico.

Los principales mecanismos que una persona utiliza para ahogar, evitar y entregar sus propios potenciales son los de introyección, retroflexión y proyección, mecanismos que ahora explicaremos en detalle. Es precisamente trabajando con estos "mecanismos de evitación" que la Terapia Gestalt restaura en el individuo sus potencialidades de crecimiento, liberando así sus energías de las garras del Perro de arriba y Perro de abajo.

Habiendo revisado brevemente la estructura de la personalidad, ahora centraremos nuestra atención en su dinámica, pues es en esta esfera donde se libran las batallas neuróticas y, por tanto, es justo aquí donde debemos buscar nuestra síntesis para ser valioso el proceso terapéutico.

Comencemos por mirar más de cerca al Niño / Oprimido. Según el Análisis Transaccional, los sentimientos predominantes que residen en el Niño de todos son la frustración, la ansiedad y el miedo. Y puesto que las cintas grabadas en el Niño son permanentes, pueden reproducirse casi en cualquier momento en las transacciones actuales de una persona, ante un estímulo adecuado. Una persona podría, por ejemplo, estar en medio de una crisis económica, o alguien podría hacerle un comentario sarcástico, o en caso similares, y estas situaciones enganchan al Niño " y le provocan una repetición de los sentimientos originales de frustración, rechazo o abandono que le llevarán a revivir una versión de la depresión primaria del su infancia. Por lo tanto, cuando una persona está en manos de los sentimientos, decimos que su Niño se ha hecho cargo "(Harris, 1969, pp. 48-49).

Pero recuerda que, de acuerdo con la Terapia Gestalt, el Niño / Perro de abajo es simplemente una posición que tomamos hoy en tiempos de estrés o impasse, donde el apoyo medioambiental no es próximo y el auto-apoyo auténtico aún no se ha realizado. Debido a que este auto-apoyo aún no se ha logrado, la persona se siente totalmente sin recursos, carente de potencial, indefensa, en resumen, ella siente que NO ESTÁ BIEN. Y en un intento de calmar sus sentimientos NO ACEPTABLES, se lanza a un frenesí manipulador, tratando de movilizar en otros lo que ella no encuentra en sí misma. Por lo tanto, en vez de utilizar sus propios recursos, ella busca encontrarlos en su entorno. Sin embargo, es importante darse cuenta de que cuando el Niño está enganchado, los potenciales de una persona no desaparecen o se pierden, sólo se abandonan, se ignoran, se proyectan. En otras palabras, según Gestalt, los potenciales de la persona están definitivamente disponibles, ¡pero sólo en forma de proyecciones!

Así llegamos a nuestra primera regla en la síntesis de las dos teorías: Cuando el Niño está enganchado, buscamos proyecciones.

La proyección es el mecanismo básico asociado con el Niño. No importa que los datos fundamentales que maneja el Niño hayan sido registrados cuando la persona tenía tres años de edad –la realidad es que si el Niño está enganchado ahora, el individuo siente que carece del potencial y de los recursos necesarios para la tarea. Pero ese potencial no está ausente ni borrado, es simplemente proyectado y existe exclusivamente en las proyecciones. Como Perls (1969b) explica: " Mediante la actitud fóbica y el rehuir al darse cuenta darse cuenta, mucho material que es nuestro, que es parte nuestra, ha sido disociado, alienado, desposeído, desechado. El resto de nuestro potencialidad no nos es asequible. Sin embargo, creo que en gran medida "está" disponible, pero como proyecciones. Comencemos con la suposición imposible de que cualquier cosa que pudiéramos ver en otro y en el mundo, no es más que una proyección. Podrá ser una aberración decir esto, pero es increíble cuánto proyectamos y cuán ciegos y sordos somos a lo que realmente transcurre."

Así pues, el potencial está realmente presente, pero como proyecciones, y al redescubrir nuestros recursos "perdidos" -y por lo tanto facilitar el permanecer en el Adulto- nos reapropiamos de nuestras proyecciones. La persona cuyo Niño está enganchado se siente impotente, no porque carezca de los recursos necesarios, sino porque los proyecta, los atribuye a todos los demás. Por lo tanto, cuando el Niño está enganchado, buscamos sólo esas proyecciones. En esta área de la terapia, el Análisis Transaccional nos ayuda mucho con la facilidad con la que se distingue al Niño; y la Gestalt nos ayudará para descubrir las proyecciones. El terapeuta sabio usará ambas herramientas para desenganchar al Niño y revertir la proyección de los potenciales.

Uno de los objetivos del Análisis Transaccional es aprender a reconocer cada señal y grabación del Niño no OK para poder desactivar esas grabaciones. Si, por ejemplo, estoy muy molesto y herido "debido a" algún comentario aparentemente cruel que me han hecho, puedo aprender a hacer una pausa y darme cuenta, "Oh, esos sentimientos de dolor y vergüenza son simplemente mi Niño no OK". Este darse cuenta por sí mismo, a menudo, trae alivio inmediato. También es importante el reconocimiento de mis sentimientos incómodos como las repeticiones de algunas grabaciones de niño no OK, y descubrir que no estoy atrapado en ellos, no estoy abrumado por ellos. En otras palabras, estoy aprendiendo a simplemente cerrarlos.

Pero -como muchos analistas transaccionales están de acuerdo- a veces las grabaciones simplemente no se quieren apagar. Y en esas circunstancias es casi imposible permanecer en el Adulto. La razón por la que la persona se niega a quedarse en el Adulto es que no ve cómo va a reunir el potencial, los recursos, la fuerza para hacerlo. En cierto sentido, él se aferra activamente a la posición del Niño NO OK, porque es la única manera que sabe hacer frente a su día a día.

Este es el punto en el que se manifiesta la fuerza de la Gestalt, por lo que podemos buscar en la Gestalt algunas ideas complementarias. Las grabaciones del Niño no OK no se apagarán porque están asociadas con una proyección, un "asunto inconcluso" que llamará la atención hasta que la gestalt se cierre y el asunto termine. Al asimilar esa proyección se arranca el soporte que sustenta la posición del Niño. Además, para integrar las proyecciones no es necesario preguntarse por qué se proyecta, sino más bien descubrir cómo se proyecta. Si recuperas la simple conciencia de cómo proyectas ahora, entonces eres libre inmediatamente de dejar de hacerlo. En términos de Análisis transaccional, no es necesario descubrir por qué has activado las grabaciones, sino cómo las has activado, y así estarás en condiciones de desactivarlas. Es casi como si hubieras, en la oscuridad, sin querer encendido la radio mientras que estabas tratando de dormir, y la radio está ahora sonando a toda velocidad. Hacer una pausa, reflexionar y buscar posibles razones por las que la encendiste no te sirve de nada, puedes sentarte y teorizar para siempre con la radio que te acompaña. Por otro lado, si puedes averiguar dónde está el interruptor y cómo funciona, entonces, sólo entonces puedes apagarla fácilmente.

Reapropiarse de las proyecciones es precisamente lo que ocurre en el Análisis Transaccional cuando la persona aprende a detectar al Niño y luego a permanecer en el Adulto . La persona que logra esto siente un descubrimiento gradual de su fuerza, de su potencial y de sus recursos, recursos que no creía que poseía cuando operaba desde el Niño. Aprendiendo continuamente a permanecer en el Adulto, ella simplemente está aprendiendo a descubrir y actuar desde sus propios potenciales, y no a rendirse y a caer de nuevo en los circuitos arcaicos del Niño indefectible, sin recursos y desvalido.

Pero este es precisamente el punto en el que la Terapia Gestalt es tan útil, pues la Gestalt detecta con precisión ante qué poderes la persona se rinde cuando se activa su Niño. Estos potenciales están presentes como proyecciones, y así las proyecciones del Niño señalan exactamente qué poderes necesitan ser recuperados por la persona a medida que aprende a permanecer en el Adulto.

En resumen, la activación del Adulto es el retorno del potencial proyectado. El Análisis Transaccional procede a través de la primera, la Gestalt a través lo segundo, pero ciertamente pueden ser usados conjuntamente. Aprendiendo a localizar al Niño, y luego las proyecciones, la habilidad de la persona para cambiar a la posición de Adulto se facilita enormemente, porque ella entiende exactamente qué potenciales puede movilizar con el Adulto. Ella sabe qué buscar. Comienza a ver cómo se activa el Niño. Y así comienza a entender el corolario de la primera regla de síntesis básica: permanecer en el Adulto es negarse a proyectar.

domingo, 6 de agosto de 2017

Estrategias de supervivencia del Niño Adaptado


En el Análisis Transaccional (AT), el Niño Adaptado es una parte de la personalidad que se desarrolla en la infancia como respuesta a las exigencias y expectativas del entorno familiar. El Niño Adaptado adopta diferentes estrategias para sobrevivir en un ambiente que puede ser hostil o inconsistente.

Tipos de estrategias:

  1. Sumisión: El niño se somete a las reglas y expectativas de los demás, reprimiendo sus propias necesidades y deseos.
  2. Rebeldía: El niño se rebela contra las normas y la autoridad, buscando desafiar el control y obtener atención.
  3. Complacencia: El niño busca complacer a los demás para obtener aprobación y afecto, adaptándose a sus expectativas.
  4. Evasión: El niño evade las situaciones conflictivas o amenazantes, refugiándose en la fantasía o el aislamiento.
  5. Manipulación: El niño busca controlar y manipular a los demás para obtener lo que desea, utilizando estrategias indirectas o engañosas.

Consecuencias:

Las estrategias de supervivencia del Niño Adaptado pueden tener consecuencias negativas en la vida adulta, como:

  • Baja autoestima
  • Dificultad para expresar emociones
  • Incapacidad para establecer relaciones sanas
  • Patrones de comportamiento autodestructivo
  • Dificultad para tomar decisiones

Superar las estrategias de supervivencia:

Es posible superar las estrategias de supervivencia del Niño Adaptado mediante un proceso de terapia o autoconocimiento. Este proceso implica:

  • Reconocer las estrategias que se utilizan: Identificar las situaciones que activan al Niño Adaptado y las estrategias que se adoptan para afrontarlas.
  • Comprender el origen de las estrategias: Analizar las experiencias infantiles que llevaron al desarrollo del Niño Adaptado.
  • Desarrollar un Adulto sano: Fortalecer el Adulto interno, que es la parte racional y responsable de la personalidad.
  • Reparentar al Niño herido: Sanar las heridas emocionales del pasado y permitir que el Niño exprese sus necesidades y emociones de forma saludable.

Beneficios:

Superar las estrategias de supervivencia del Niño Adaptado permite:

  • Aumentar la autoestima
  • Desarrollar relaciones sanas
  • Tomar decisiones responsables
  • Vivir una vida más plena y satisfactoria

Del Triángulo Dramático al Triangulo del Empoderamiento

Cambio al Retador

  • Establecer límites claros
  • Escucha activa
  • Ofrecer opciones

Cambio al Facilitador

  • Escucha activa
  • Establecer límites
  • Ofrecer opciones
  • No hagas lo que el otro puede hacer por sí mismo
  • Dar apoyo claro: Yo te aprecio, sé que tú eres capaz

Cambio al Creador

  • Establece lo que quieres: Y actúa
  • Mantén los acuerdos: haz tu parte incluso cuando otros te ayuden
  • Pregúntate: ¿Cómo puedo obtener lo que realmente quiero de una manera sana?
  • Contabiliza tus fuerzas: conocimientos y habilidades