Maluisse: Velle, el otro día me dijiste que habías leído una frase que te hizo pensar, ¿no? Esa que decía que la forma en la que hablamos dice mucho sobre el poder al que hemos estado expuestos.
Velle: Sí, abuela, me dejó rayada. Es como que nuestras palabras no salen porque sí, sino que tienen una historia detrás, ¿no?
Maluisse: Eso es. Y me acordé de tres pensadores que me parecen clave para que puedas aclarar esto: Foucault, Bourdieu y Judith Butler. Si quieres, te los explico a través del Análisis Transaccional.
Velle: ¡Vale! Pero ya sabes, con ejemplos prácticos, que entiendo mejor a esos pensadores.
Maluisse (riendo): Lo sé, lo sé. Vamos por partes. Empezamos con Foucault. Él decía que el lenguaje es una forma de poder. No solo sirve para hablar, sino que marca qué está bien decir, qué está mal, cómo debemos comportarnos… Y eso lo aprendemos desde pequeños, sin darnos cuenta.
Velle: Como cuando en el cole me decían que no preguntara tanto, que me hacía pesada. Y luego empecé a callarme, aunque nadie me lo dijera.
Maluisse: Exactamente. En Análisis Transaccional, eso lo llamamos el Padre Crítico: una voz interna que nos repite lo que aprendimos de fuera. Y muchas veces esa voz no es nuestra, pero finalmente suena como si lo fuera.
Maluisse: Ahora vamos con Bourdieu. Él hablaba del habitus, que es como una forma de ser que se nos pega por el entorno en el que hemos crecido. Cómo hablamos, cómo nos movemos, cómo pensamos, etc. Todo eso se va grabando.
Velle: Sí, abuela, eso sí lo noto un montón. Por ejemplo, cuando estoy con mis amigas de la uni y todas piden café con leche de avena y hablan bajito, me doy cuenta de que yo hablo más fuerte y me río más. A veces incluso me siento rara, como si no encajase del todo. Pero luego pienso: si crecí en una casa donde todo el mundo hablaba alto y decía lo que pensaba sin rodeos, ¿cómo no voy a ser así?
Maluisse: Justo. Bourdieu diría que tú tienes un habitus diferente, y en el AT eso se parece mucho al guion de vida: decisiones que tomamos de niñas, sin darnos cuenta, para encajar o protegernos. Y luego seguimos repitiendo esos patrones, como si fueran parte de nosotras. No es que esté mal, ni bien. Simplemente es lo que has aprendido, lo que has vivido. Y a veces, sin darnos cuenta, lo llevamos puesto como una segunda piel.
Maluisse: Y la tercera es Judith Butler. Ella dice que el género no es algo con lo que naces, sino algo que actúas todo el tiempo, como un papel que te asignan. Y que lo vas repitiendo porque el mundo espera eso de ti.
Velle: ¡Eso le pasa a Luis! Le flipa bailar, pero su padre dice que “eso es de chicas”. Y él se hace el duro, pero cuando está solo en casa, se pone a bailar como si nada.
Maluisse: Butler diría que Nico está interpretando un papel, el que le toca como “chico”. Y en AT decimos que ahí está actuando desde su Niño Adaptado, que se ajusta para no molestar ni salirse de la norma. Pero si conecta con su Pero si conecta con su Adulto, podrá decidir lo que realmente quiere hacer, sin sentirse mal por ello.
Velle: Entonces… ¿nuestra forma de hablar, pensar o actuar muchas veces no es tan nuestra?
Maluísse: Tal cual. Es el resultado de lo que hemos absorbido desde fuera. Pero lo bonito del Análisis Transaccional es que podemos darnos cuenta de eso, ponerle nombre y empezar a elegir por nosotras mismas.
Velle: O sea, que puedo volver a hablar sin miedo, sin sentir que estoy “molestando”.
Maluísse (con ternura): Claro que sí. Y cuando sientas esa duda o esa incomodidad por decir lo que piensas, pregúntate: “¿Esto lo digo porque lo siento de verdad… o porque aprendí que tenía que ser así?...Y si conecta con su Niño Natural, ese que no tiene miedo a expresarse libremente, puede empezar a bailar sin culpa, sin esconderse. Porque ahí es donde está su autenticidad, su deseo real.
Velle: O sea, que muchas veces no somos realmente libres, ¿no? Solo estamos repitiendo lo que nos enseñaron, lo que el mundo espera…
Maluisse: Exacto, cariño. Pero entender todo esto te da una nueva visión. No para culpar a nadie, sino para elegir. Puedes seguir actuando desde esos guiones antiguos, o puedes empezar a escribir uno nuevo, más tuyo.
Velle: Me flipa eso, abuela. Es como si pudiera escuchar mis voces internas y decidir a cuál quiero hacerle caso.
Maluisse (sonriendo): Esa es la idea. La libertad empieza cuando reconoces las voces que hablan en ti… y decides cuál quieres que sea la tuya.