martes, 13 de agosto de 2019

Moral y comportamiento en los mamíferos



Tradicionalmente se ha sostenido que la moral humana proviene de la cultura, de acuerdos del grupo para garantizar la convivencia. Por tanto, se atribuye la moral al ser humano y no al animal.

 Sin embargo, a la luz de los experimentos parece que esto no es así, los animales demuestran en repetidas ocasiones que utilizan códigos morales muy parecidos o iguales a los nuestros. Según Frans de Waal, en su último libro "El bonobo y el ateo", están presentes en el comportamiento animal, dos pilares de la moral:

  • reciprocidad y justicia
  • empatía y compasión

Por tanto, estos patrones morales serían innatos entre los mamíferos (animales y humanos).
El origen evolutivo podría darse en el momento que los mamíferos viven en grupo y necesitan desarrollar una preocupación y sensibilidad por las necesidades, intenciones y ánimos de los otros miembros del grupo, porque de ello dependerá su supervivencia.

Se buscará, por tanto, la justicia, equidad y cooperación como el comportamiento adecuado en las relaciones del grupo.  Con la representación de las flechas de las transacciones que nos propone el Análisis Transaccional vamos a analizar los comportamientos de los animales en los vídeos.

Partimos de que las transacciones las complementarias positivas, facilitan la cooperación:
Padre -Niño
Adulto-Adulto
Niño-Niño
Y sus otras posibilidades, siempre que sean colaborativas.



 Como vemos en la primera parte del vídeo, ambos tienen hambre y cooperan para alcanzar la comida.

 Adulto-Adulto

En la segunda parte del vídeo uno no tiene hambre y el otro sí. El que tiene hambre ha de preocuparse por pedir al otro (dirigir) que no deje de ayudarle a conseguir la comida que sólo él necesita.

 Padre-Niño

 Sin embargo, a pesar de que las necesidades son distintas,  la colaboración se produce también. Ambos son conscientes de la reciprocidad de la ayuda: " Hoy por tí, mañana por mi".

 Ahora veamos unos elefantes que también necesitan cooperar.

 

La comida sólo se puede obtener si mantienen la cuerda los dos a la vez. Si sólo uno tira de la cuerda, no podrían arrastrar la comida.

Uno de los elefantes decide pisar la cuerda para sujetarla y que su compañero sea el que haga todo el esfuerzo. Coopera, porque si no pisara la cuerda ninguno de los dos podría comer, pero hace que su compañero sea el que trabaje.

 PC-NAS

Sigue habiendo cooperación pero en este caso falta equidad.

No sabemos si esa falta de equidad es manipulativa, por razón de jerarquías dentro de la manada o alguna otra razón que la explique.

 En el siguiente experimento participan dos monos, uno de ellos tiene que elegir un tubo verde o rojo. Si elige rojo, come él sólo. Si elige verde, comen los dos.  Él siempre comerá, elija el color que elija, pero su compañero sólo comerá si él elige el verde.

 


Normalmente prefiere cooperar solidariamente y  elegir el verde para que su compañero coma, sobre todo cuando se siente observado por él. Prefiere la cooperación y la ecuanimidad. Ahora bien, cuando su compañero lo presiona con agresividad entonces elige comer el sólo. Le castiga por su agresividad.

 Cooperativo: A-A

No cooperativo: PC-NAR

Por último, dos monos capuchinos. A ellos les gustan mucho las uvas. El pepino menos. Primero reciben ambos un trozo de pepino a cambio ellos tienen que entregar una piedra. La colaboración se produce, todos contentos. Después uno de ellos recibe una uva y el otro pepino. Sigue habiendo colaboración. En la siguiente ocasión que se produce la desigualdad en el trato, el capuchino que recibe el pepino deja de colaborar. De nuevo a parece el Niño Adaptado Rebelde a luchar contra lo que le parece una injusticia y falta de equidad.





Así que la próxima vez que te digan que te comportas como un animal, ya sabes....







lunes, 12 de agosto de 2019

El Estado del Yo Padre, las creencias y el autocuidado



Conocer y aprender a cuidar a nuestro Estado del Yo Niño es una tarea que nunca termina. Si has sido padre o madre lo sabes. Tú sólo quieres que tu hijo/a esté bien, que le vaya bien y desarrolle todas las capacidades para poder adaptarse o superar las circunstancias difíciles que la vida le presente y que también tenga capacidad para disfrutar de todo el bienestar que le rodea. En definitiva, le deseas toda la felicidad posible. En eso creo que todos estamos de acuerdo, ahora bien, el proceso para ayudarles a alcanzar ese objetivo es en el que cada uno de nosotros diferimos.


En España la ley reconoce el derecho de los padres a educar a sus hijos y garantiza la libertad que tienen en la educación de sus hijos en conciencia según sus valores. La Constitución Española reconoce el derecho de todos los españoles a la educación y a la libertad de enseñanza.


En conciencia según sus valores” y aquí tenemos lo que nos une y, a la vez, lo que nos hace diferentes a cada uno de nosotros, nuestros valores. La mayoría de “nuestros valores” no son nuestros. La mayoría son adquiridos a través de nuestra cultura, de nuestro grupo, de nuestra familia. Son asumidos por “contagio”, sin pasar por el filtro de una "conciencia" que nos permita elegirlos. Cada padre/madre viene con una carga que va a condicionar mucho su legado. En ocasiones no somos conscientes de las normas y valores que seguimos, o dicho de otra manera, no somos conscientes de si determinadas normas y valores que seguimos son razonables y sanas para nuestros hijos, ni siquiera nos planteamos si lo fueron para nosotros. Nos resulta más fácil ver en otros los fallos en esa transmisión de valores y en la educación de sus hijos, pero muy difícil cuestionar nuestras “creencias”.

Traducido en términos de Análisis Transaccional, nuestros valores estarían fijados en el Estado del Yo Padre sin haber sido decididos por el Estado del Yo Adulto (conciencia). Si los valores no han sido pasados por el filtro de la conciencia difícilmente se puede garantizar una educación buena o adecuada. 

Vamos a ver un ejemplo lejano a nuestra cultura en el que nos será fácil descubrir la contaminación del Estado Adulto o la falta de conciencia. 

Aproximadamente 125 millones de niñas y mujeres son sometidas a la mutilación genital a pesar de que les produce graves problemas de salud durante toda la vida (Dolor intenso, hemorragia. shock / muerte, dificultades para orinar, infecciones, consecuencias psicológicas, lesión en órganos cercanos, problemas urinarios, afectación de la salud sexual y reproductiva como complicaciones en el parto/ recién nacido/a, problemas menstruales y genitales, disminución del deseo sexual por la asociación del sexo a dolor intenso). El Estado Adulto de los individuos que aplican o admiten estas practicas ignora o descuentan (a pesar de tenerlos delante o sufrirlos) estos datos/hechos y sólo esperan con fe (creer sin ver) los beneficios que reportará tal absurdo acto: asegurar que sus hijas puedan contraer matrimonio cuando sean mayores. Estas creencias y mitos son mantenidos generación tras generación.

Tampoco importan los datos oficiales que se manejan,por ejemplo, en un país como El Chad, a nivel nacional más de un tercio de las mujeres de 15 a 49 años casadas (35%) fueron víctimas de violencia física, psicológica y / o sexual, causada por su cónyuge al menos una vez en su vida (EDS-MICS, 2015), esto también quizás sería un dato a tener en cuenta por su Estado Adulto para advertir que quizás no es tan buen negocio para sus hijas el matrimonio.

En principio parece que estos datos no sirven para informar al estado del yo Adulto para que éste, a su vez, decida cuestionar a su Estado del Yo Padre y actualizar sus valores a la luz de los nuevos datos. Al contrario, el Estado del Yo Padre, tanto del hombre cómo el de la mujer, contamina a su Adulto y creen firmemente que todo esto se hace por su bien y que son maltratadas porque es lo normal cuando no obedecen o que se lo han merecido.

De esta manera la educación puede anular la capacidad crítica del educando e incapacitar al  Estado del yo Adulto para interpretar los datos de manera adecuada y, por tanto, de tomar las mejores decisiones. En el caso anterior, la educación crea una relación en la que el marido puede relacionarse con la mujer desde cualquier Estado del Yo, pero ella sólo lo puede hacer desde el Estado del Yo Niño Adaptado.

La Convención de Estambul reconoce que la violencia contra las mujeres es uno de los mecanismos sociales por los cuales las mujeres se mantienen en una posición de subordinación a los hombres (Consejo de Europa, 2011). Sin embargo, seguramente los padres de esas mujeres sólo buscan “el bien de ellas” y su adecuación a los valores del grupo cuando las someten a ese destino cruel.

Y es que la mente humana trabaja con hipótesis, construimos hipótesis para alcanzar nuestros objetivos o evitar nuestros miedos. Si “hago.....me pasará esto”, “si no hago …...me pasará lo otro”. Estas hipótesis se unen a las creencias que nos han sido transmitidas como “verdades absolutas”, normas o “comportamientos que tienes que hacer o tener” para ser admitido en el grupo social. De esta manera verdaderos disparates pueden formar parte de “creencias y tradiciones” durante muchas generaciones.

Sólo desde un Estado del Yo Adulto bien informado, con un Estado del Yo Padre Crítico y Nutritivo positivo, que cuida y ama al Estado del Yo Niño,  y estos tres estados trabajando en armonía, sólo entonces, podemos disfrutar del bienestar y desarrollar nuestras mejores capacidades humanas.

Así podemos encontrar creencias tan futíles como “si comes por la calle no encontrarás novio” hasta la aberración de la ablación sexual, o creencias tan compasivas como “si contribuyo a que te sientas mejor, yo ganaré también” y altruistas como “Dar es mejor que recibir”.

Pero también nuestro Estado del Yo Padre puede someternos con violencia o sabotearnos provocando gran sufrimiento. O protegernos con límites sanos y cuidándonos para mantener nuestras salud física y psicológica.

  • ¿Has pensado alguna vez cómo te tratas a ti mismo, cómo te cuidas y te proteges?
  • ¿Cómo son tus creencias?
  • ¿Qué valores o creencias hacen que no o si cuides de las necesidades de tu Estado del Yo Niño/a Interno?
  • ¿Qué tipo de violencia o sufrimiento te autoinflinges?
  • ¿Tus creencias sobre ti mismo hacen sentir bien y segura/o a tu Estado del Yo Niño/a Interno?
  • ¿Como es tu diálogo interno cuando estás sufriendo?