jueves, 28 de marzo de 2024

La bases del Análisis Transaccional



El Análisis Transaccional (AT) se sustenta en una base filosófica que integra elementos de la Fenomenología y el Existencialismo. Berne, con un amplio conocimiento cultural, citó a filósofos, psicólogos y literatos en sus obras, lo que refleja la influencia de estas corrientes en el AT.

Las bases filosóficas del AT se pueden resumir en los siguientes puntos:

Fenomenología: Esta corriente filosófica influye en el AT en la forma en que se enfoca en la experiencia subjetiva y la percepción del individuo como fundamentos para entender la realidad.

Edmund Husserl: Es considerado el padre de la Fenomenología. Su concepto de "intencionalidad", que se refiere a la capacidad de la conciencia para dirigirse hacia los objetos, es similar a la idea del Análisis Transaccional de que las personas pueden dirigir sus estados del yo hacia un propósito o una tarea.

Maurice Merleau-Ponty: Su énfasis en la percepción y la experiencia corporal se relaciona con la importancia que el Análisis Transaccional da a la "experiencia aquí y ahora" y a la conciencia de los estados físicos como parte del proceso terapéutico.

Existencialismo: El AT incorpora la idea existencialista de que los individuos son libres y responsables de sus propias vidas y decisiones, lo que se refleja en la práctica del AT al fomentar la autonomía y el crecimiento personal.

Jean-Paul Sartre: Su idea de que "la existencia precede a la esencia" y que somos libres de elegir y dar significado a nuestras vidas, resuena con la noción del Análisis Transaccional de que las personas son responsables de reescribir su propio guion de vida.

Martin Heidegger: Su análisis del "Dasein" o "ser-ahí" y la autenticidad, puede vincularse con la búsqueda del Análisis Transaccional por la autenticidad y la verdadera identidad personal.

Estos filósofos y sus conceptos han influido en la forma en que el Análisis Transaccional entiende la personalidad, las interacciones y la capacidad de cambio y crecimiento personal. El AT toma prestadas estas ideas filosóficas para aplicarlas en un contexto terapéutico, promoviendo la autoconciencia y la responsabilidad personal

Así en la teoría del guion de vida el AT y el Existencialismo comparten la idea central de que los individuos son responsables de sus propias vidas y decisiones. En el AT, el guion de vida se refiere al plan inconsciente que las personas desarrollan en la infancia, influenciado por sus padres y que dirige su comportamiento en aspectos significativos de su vida. Este guion puede incluir limitaciones autoimpuestas y creencias sobre uno mismo y los demás. Y al igual que el Existencialismo,  el AT enfatiza la libertad individual y la responsabilidad de crear la propia esencia a través de las elecciones y acciones. Tanto transaccionalistas como existencialistas sostienen que cada persona es libre de darle sentido a su vida y de superar las normas morales y éticas universales.

La relación entre ambas teorías radica en que el guion de vida puede ser visto como una manifestación de la libertad existencialista: aunque inicialmente está influenciado por factores externos, cada persona tiene la capacidad de reescribir su guion, tomar decisiones conscientes y cambiar el curso de su vida, reflejando así la libertad y la responsabilidad existencialistas. En la terapia de AT, se trabaja para que las personas se den cuenta de su guion de vida y desarrollen la capacidad de cambiarlo, lo que está en consonancia con la idea existencialista de tomar las riendas de la propia vida y buscar un sentido auténtico y personal.

Además de la Fenomenología y el Existencialismo, el AT también se ha relacionado con corrientes psicológicas como:

Psicoanálisis: Eric Berne, el fundador del AT, fue originalmente un psicoanalista y su trabajo tiene raíces en las teorías de Freud. 

Comparte varios conceptos clave con esta corriente psicológica:

Estados del Yo: En el psicoanálisis, Freud identificó tres componentes de la mente: el Ello, el Yo y el Superyó. Berne adaptó estos conceptos al AT con los estados del Yo: Padre, Adulto y Niño.

Guiones de Vida: Similar a la noción freudiana de que nuestras experiencias tempranas influyen en nuestro comportamiento adulto, el AT sostiene que desarrollamos guiones de vida basados en estas experiencias.

Juegos Psicológicos: Estos patrones de comportamiento en el AT tienen paralelismos con las defensas inconscientes en el psicoanálisis.

Reparentalización: Este concepto del AT refleja la idea del psicoanálisis de trabajar con transferencias y contra-transferencias para resolver conflictos internos.

Psicología Humanista: Esta corriente enfatiza la experiencia subjetiva y el crecimiento personal, aspectos que el AT incorpora al promover la autonomía y la capacidad de las personas para cambiar su guion de vida.

Comparten varios conceptos fundamentales:

Potencial humano: Tanto el AT como la Psicología Humanista se centran en la creencia en el verdadero potencial humano y en el desarrollo íntegro de las personas.Autonomía y Libertad: Ambas teorías enfatizan la autonomía y la libertad del individuo para dirigir su vida y tomar decisiones conscientes.

Aquí y ahora: La importancia de vivir en el presente y la conciencia de la experiencia actual es un concepto compartido que se refleja en la práctica del AT.

Crecimiento personal: El AT y la Psicología Humanista promueven el crecimiento personal y la autorrealización como objetivos clave del desarrollo humano.

Constructivismo: El AT reconoce la importancia de las percepciones individuales y cómo estas construyen la realidad de cada persona, lo que se refleja en la teoría de los guiones de vida y en la forma en que las personas interpretan sus transacciones.

Con el Constructivismo comparte una base epistemológica común que se refleja en varios conceptos clave:

Guion de Vida: En el AT, el guion de vida es un plan inconsciente desarrollado en la infancia que dirige el comportamiento de una persona. Desde una perspectiva constructivista, este guion puede ser visto como un constructo personal que cada individuo construye y reconstruye a lo largo de su vida, basado en sus experiencias y percepciones¹.

Percepción de la realidad: Tanto el Constructivismo como el AT sostienen que la realidad es percibida y construida por el individuo. En el AT, esto se manifiesta en cómo las personas interpretan sus transacciones y juegos psicológicos, y en el Constructivismo, se enfatiza cómo los individuos construyen su conocimiento y comprensión del mundo a través de sus experiencias cognitivas y emocionales.

Cambio y crecimiento personal: Ambas teorías valoran la capacidad del individuo para cambiar su percepción y su comportamiento. El AT facilita este cambio a través de la redecisión y la actualización del guion de vida, mientras que el Constructivismo enfoca en la adaptación y modificación de los esquemas cognitivos del individuo.

Teoría Sistémica: El AT considera las interacciones entre individuos dentro de un sistema más amplio, como la familia o la organización, y cómo estas relaciones afectan la conducta individual.

Aquí hay algunos conceptos clave del AT que tienen paralelismos con la teoría sistémica:

Estados del Yo (Padre, Adulto, Niño): Este modelo describe cómo las personas interactúan desde diferentes estados psicológicos, lo que afecta la dinámica de las relaciones dentro de un sistema.

Transacciones: Son los intercambios de comunicación entre personas, que pueden ser complementarias, cruzadas o ulteriores, y son fundamentales para entender la dinámica de los sistemas relacionales.

Juegos Psicológicos: Son patrones repetitivos de comportamiento que las personas juegan inconscientemente y que tienen un impacto significativo en las relaciones y la dinámica del sistema.

Guión de Vida: Es un plan inconsciente desarrollado en la infancia que dirige el comportamiento de una persona y afecta cómo interactúa dentro de sus sistemas relacionales.

Estas influencias ofrecen al AT ofrecer una perspectiva integradora y multifacética sobre la personalidad y la comunicación humana.


martes, 26 de marzo de 2024

Juegos psicológicos y dinámicas relacionales



Berne definió los estados del yo como: 

  • Padre es la amalgama de actitudes, sentimientos y comportamientos que reflejan las figura parentales
  • Adulto se adapta a la realidad presente, sin ser influenciado por prejuicios heredados o actitudes infantiles
  • el Niño representa una reliquia de la propia niñez del individuo

El análisis de estos estados nos sumerge en la comprensión de cómo las personas se comunican entre sí y por qué se comportan de cierta manera. Esta comprensión facilita el camino hacia relaciones más saludables y un crecimiento personal más profundo. El estudio de los juegos es esencial en el Análisis Transaccional, ya que revela patrones inconscientes que, al romperse, pueden liberar a las personas de comportamientos negativos muy arraigados.

Los juegos proporcionan una satisfacción superficial a las necesidades humanas de reconocimiento, aprecio y logro. Cuando estas necesidades son difíciles de satisfacer directamente, recurrimos a los juegos como un paliativo al dolor del aislamiento y la inercia. La lucha de poder, las quejas constantes, las críticas destructivas y el juego de culpas se entrelazan en la cotidianidad de nuestras vidas.

Los juegos son como una especie de parche para esas necesidades humanas de reconocimiento, aprecio y logro cuando no podemos satisfacerlas directamente. Son como una especie de alivio para el aislamiento y la monotonía que sentimos. Todos esos enredos de sentimientos, quejas, regaños y ese murmullo constante de "esto no debería estar pasando", se mezclan en nuestra vida diaria.

El verdadero problema surge cuando estos juegos alcanzan niveles más graves, donde las cosas se complican de verdad. Hablamos de fracasos sociales, discusiones que terminan en crisis familiares, incluso situaciones que pueden llegar a lastimar físicamente y romper relaciones. Cuando las peleas se vuelven públicas, cuando los tribunales tienen que intervenir en matrimonios, cuando los accidentes se vuelven habituales y terminan con lesiones permanentes.

En el mundo del Análisis Transaccional, estos juegos toman formas interesantes. Por ejemplo, tienes el juego de echarle la culpa al otro en el matrimonio, donde uno de los cónyuges simplemente culpa al otro por todo lo que está mal en la relación. A menudo, esto se convierte en una batalla sin fin, donde cada día es lo mismo pero con diferente empaque.

Pero, ojo, no estamos diciendo que toda la culpa sea ficticia o que no haya que responsabilizar a alguien por un comportamiento abusivo. Lo que el Análisis Transaccional señala es que a veces una persona disfruta culpando a otra, de una manera medio retorcida. En lugar de eso, podrían canalizar esa energía en buscar soluciones reales. La idea no es culpar a la víctima, sino detener el juego de acusaciones y encontrar maneras más constructivas de lidiar con los problemas.

Un ejemplo muy común de este juego de culpar al matrimonio es lo que llamamos "If It Weren't For You" (IWFY). Digamos que Sergio solía ser un gran aficionado al tenis, pero desde que se casó con Sonia, rara vez tiene tiempo para jugar. Entonces, siempre le dice a sus amigos: "Lo siento, no puedo ir, mi esposa no me deja". Pero un día, Sonia hace un esfuerzo especial para que Sergio juegue a un campeonato, le compra incluso unas raquetas nuevas de marca. Pero resulta que Sergio, en el fondo, no disfruta tanto del tenis como antes y se siente ansioso cada vez que juega. Ahí es cuando tiene que dejar de culpar a su esposa y enfrentarse a sus propios sentimientos de inseguridad.

Los juegos que se dan en el trabajo son de otro nivel. Uno bien conocido es el "Pasar la pelota", típico en empresas con jerarquías, donde las decisiones siempre parecen llegar de arriba y la participación parece ser intensa pero en realidad no lleva a nada. Y gracias a nuestra necesidad humana de pelear por poder y el gusto por las humillaciones, el juego del "¿Por qué no tú? - Sí, pero..." es un clásico en el mundo empresarial.

Imagina que tu jefe convoca una reunión y te pide sugerencias, pero cada vez que alguien propone algo, él lo corta con un "Sí, está bien, pero no funcionará porque..." Hasta que saca su idea favorita y la proclama como la gran solución. El equipo simplemente se encoge de hombros y él piensa que ha hecho su gran aporte a la reunión. Su ego se alimenta de la mediocridad de su equipo.

Cuando alguien promete algo y luego se echa para atrás, le llamamos juego de "Rapo", especialmente si se trata de promesas románticas. Crear expectativas para luego hacerlas añicos es un juego sucio que llamamos "Rapo social". Como cuando alguien dice, en un momento de falsa sinceridad, "Oh, eres tan comprensiva; No te importa si me olvido de nuestras citas. No eres como mis ex novias, que se enfadaban tanto".

Hay otro juego muy tóxico que podríamos llamar "Juegos Kick Me", donde básicamente te metes en problemas a propósito, provocando a amigos, familiares o autoridades, o compartiendo información comprometedora. A largo plazo, esto puede resultar en abusos de todo tipo.

Mientras algunos son pesimistas y dicen: "¿Pero no es así la vida, aceptar lo que venga y adaptarse?" Los analistas transaccionales prefieren ver el vaso medio lleno y nos animan a crear nuestra propia felicidad, a pesar de los tropiezos y las debilidades. Su mantra es: "Puedes ser quien quieras ser y sentir lo que quieras sentir, porque tienes el poder de cambiar tu comportamiento".

Veamos como ejemplo como se desarrolla un Juego de alboroto en al familia:

Lucas, un niño enérgico de ocho años, entra corriendo en la sala. Sus ojos brillan de expectación mientras busca frenéticamente entre su familia reunida en la mesa del desayuno.

- Lucas: "¿Dónde está mi gorra de béisbol?"

La hermana mayor, con una sonrisa burlona, responde:

- Hermana Mayor: "¿Y a mí qué me dices? No soy adivina".

El padre, intentando ayudar, sugiere:

- Padre: "Creo que la dejaste en el patio ayer".

La madre, con un tono de reproche, replica:

- Madre: "Deberías haberla recogido de allí si la viste en el patio".

El padre se defiende:

- Padre: "Ayer estuve ocupado con los informes para la reunión de hoy. No puedo estar en todos lados a la vez".

Y así comienza la dinámica del "Alboroto familiar". Durante los próximos 15 minutos, los padres de Lucas discuten entre ellos, mientras su hermana intenta mediar. Lucas, sin embargo, queda completamente excluido. Coge su gorra de béisbol del patio y se escabulle, murmurando para sí mismo:

- Lucas (murmurando): "Ojalá esto acabara pronto".

Aunque está ajeno a su propio papel en el conflicto, Lucas siente una satisfacción secreta al provocar a sus padres. Le resulta fácil hacerlos enojar, pero ganar su aprobación es una tarea difícil.

La "Alboroto familiar" es un juego que se repite durante el desayuno, la preparación para la escuela y en otros momentos de tensión. Según  Berne, estas dinámicas familiares mantienen el flujo de estímulos psicodinámicos necesarios para la vitalidad de la vida.

Steve Karpman, psiquiatra de renombre, desarrolló el Triángulo del Drama, identificando los roles de Salvador, Perseguidor y Víctima que los miembros de la familia adoptan en estos juegos. Observó que estos roles se asemejan a los encontrados en los cuentos de hadas. Por ejemplo, comparó la dinámica familiar con el cuento de "La Caperucita Roja", donde los roles de la niña víctima, el cazador salvador, el lobo perseguidor y la abuela víctima se entrelazan.

La familia de Lucas se dio cuenta de que él asumía el papel de la víctima necesitada, su hermana actuaba como la perseguidora marginal, su padre se convertía en el perseguidor central y su madre terminaba siendo la víctima acusada.

¿Cómo participas en estos juegos? Si percibes que alguien más está involucrándote, pregúntate qué papel complementario podrías estar jugando. Utilizar el Plan de Juego del Análisis Transaccional te ayudará a recopilar datos para analizar tus propios juegos.

Hazte estas preguntas:

• ¿Qué sucede repetidamente para que termines sintiendo... (menciona la emoción o sentimiento)?

• ¿Quiénes están involucrados?

• ¿Cómo comienza todo?

• ¿Qué ocurre después? ¿Y luego? ¿Y luego?

• ¿Cómo termina todo?

• ¿Qué sienten y hacen todos?

Busca patrones recurrentes en tu vida con diferentes personas y en distintos momentos. Al observar honestamente estos patrones, podrás identificar tus propias provocaciones, cegueras, ingenuidades o ignorancias que te llevan a situaciones negativas.

El Análisis Transaccional no se trata solo de análisis. Es importante entender las emociones y pensamientos subyacentes para fortalecerte internamente y desbloquear tu potencial, la meta es ofrecerte opciones para cambiar comportamientos, pensamientos y sentimientos.

• Reflexiona sobre qué sentimientos positivos deseas cultivar en lugar de los negativos que experimentas en tus juegos.

• Decide comprometerte con estos sentimientos y visualiza cómo te sentirías al comenzar una interacción que suele terminar mal.

• Elige qué harás de manera diferente.

• Decide qué dejarás de decir y qué dirás en su lugar.

• Escribe tu propio "contrato de vida" utilizando afirmaciones como: 

Seré feliz. 

No causaré daño a mí mismo ni a otros. 

Buscaré ayuda cuando la necesite.

Expresaré mis sentimientos con seguridad.


domingo, 24 de marzo de 2024

Reencuadre: habilidad del Adulto


Un experto en Análisis Transaccional situaría la habilidad del reencuadre principalmente en el estado del yo Adulto. El estado del yo Adulto se refiere a la parte de la personalidad que se basa en el pensamiento objetivo, racional y lógico. Es el estado desde el cual se pueden cuestionar y superar las suposiciones y creencias preconcebidas sobre una situación. Al practicar el reencuadre, las personas acceden a su estado del yo Adulto al observar objetivamente la situación, identificar pensamientos irracionales o negativos, y luego replantearlos desde una perspectiva más racional y positiva. Esto permite un enfoque más equilibrado y constructivo para abordar las dificultades y problemas de la vida.

Reencuadrar es como darle la vuelta a tus pensamientos y sentimientos sobre una situación o problema, viendo las cosas desde un ángulo diferente. Es como cambiar de "modo destructivo" a "modo constructivo" y encontrar nuevas formas de resolver las cosas.

Por ejemplo, cuando algo malo le sucede a un amigo, en lugar de pensar: "¡Qué terrible todo esto!", el reencuadre sería pensar: "¡Seguro que saldrá más fuerte después de esto!"

Esta habilidad te permite convertir los desafíos y problemas en oportunidades de crecimiento.

Para reencuadrar, primero, mira la situación objetivamente y reconoce tus propias ideas preconcebidas sobre ella. Luego, hazte preguntas que desafíen esas ideas y te ayuden a ver las cosas de manera diferente. Al encontrar nuevas perspectivas y formas de pensar, tus sentimientos y pensamientos cambiarán.

Reencuadrar es una herramienta poderosa para cambiar la forma en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás, así como para afrontar los eventos negativos o errores con una actitud más positiva.

Ahora, veamos algunos ejemplos de reencuadre en diferentes situaciones:

1. Aprender del fracaso: En lugar de verlo como un fracaso, considera cada error como una oportunidad para aprender y mejorar.

2. Trabajo difícil: En lugar de sentirte abrumado por una tarea difícil, mírala como un desafío que te ayudará a crecer y superarte.

3. Crítica: En lugar de tomarla como un ataque personal, usa la crítica como una oportunidad para mejorar y crecer.

4. Tiempo de espera: En lugar de verlo como tiempo perdido, utilízalo como un momento para relajarte y recargar energías.

5. Corazón roto: En lugar de quedarte atrapado en el dolor de una ruptura, míralo como una oportunidad para un nuevo comienzo y crecimiento personal.

6. Desempleo: En lugar de verlo como un obstáculo, considera el desempleo como una oportunidad para explorar nuevas opciones y carreras.

7. Cansancio: En lugar de sentirte agotado, míralo como una señal de que estás trabajando duro y avanzando.

8. Competencia: En lugar de sentirte amenazado por la competencia, úsala como motivación para mejorar y crecer.

9. Pérdida de cosas materiales: En lugar de lamentarte por lo que has perdido, míralo como una oportunidad para aprender a ser menos dependiente de las cosas materiales.

10. Cambio: En lugar de temer al cambio, míralo como una oportunidad para crecer y adaptarte a nuevas situaciones.

Estos ejemplos ilustran cómo el reencuadre puede transformar pensamientos y emociones negativas en positivas, ayudándote a superar las emociones negativas con confianza y optimismo.

El reencuadre también es útil en entornos escolares y laborales, donde puede ayudarte a ver los problemas como oportunidades de aprendizaje y crecimiento. ¡Practica esta habilidad y verás cómo cambia tu forma de enfrentar la vida!