lunes, 19 de abril de 2021

Los cuatro nacimientos del desarrollo personal

Según Ken Mellor en nuestra vida transitamos por cuatro nacimientos con sus correspondientes "contracciones" de parto:

Nacimiento fisico

La primera transición es nuestro nacimiento físico, cuando desde el feto pasamos a ser un bebé. Las contracciones físicas son fundamentales en este proceso. Después de establecer lazos afectivos con la madre, el aprendizaje del bebé se realiza principalmente a través de la relación madre-bebé, y otros cuidadores que también influyen en el proceso. 

Nacimiento emocional

El segundo es un nacimiento emocional, cuando los niños hacen la transición de ser un bebé a ser un niño. Las "contracciones" en este nacimiento son las luchas habituales con los niños de dos años y que son esenciales para un parto exitoso. Después de vincularse con la familia, su aprendizaje como niño se realiza principalmente en su entorno familiar. 

Nacimiento cognitivo

El tercero es un nacimiento cognitivo cuando los niños hacen una transición de ser niños a ser adolescentes (un adulto recién nacido) alrededor de los catorce años. Sus "contracciones" esenciales son las luchas sobre "quién sabe qué" que son algo similares en el proceso, pero no en contenido, a las de los terribles dos años. Estos adultos recién nacidos se vinculan con el grupo, que se convierte en el contexto principal para su aprendizaje como adolescentes. 

Nacimiento espiritual

El cuarto es un nacimiento espiritual, es cuando las personas hacen una transición de vivir como adultos mundanos a ser seres espirituales con conciencia trascendente. Sus "contracciones" esenciales surgen en durante las luchas por gestionar las presiones a menudo extremas de la vida. Una vez unidos a la trascendencia, nuestro aprendizaje tiene lugar en dimensiones internas. Desde este estado puede podemos acceder a la plena realización de la autonomía.

El cuarto nacimiento es un caso algo especial. Puede durar muchos años y surge cuando nos enfrentamos a presiones y eventos que sobrepasan nuestros recursos, lo suficiente como para que nos demos cuenta de los desafíos que implican. Superar estos retos requiere que renunciemos a las visiones del mundo del pasado y a las formas de afrontarlo pasadas en favor de nuevas perspectivas y comprensión que trascienden nuestra mundanalidad anterior.

Con cada uno de estos nacimientos, los niños adquieren una gama de experiencias mucho más amplia en comparación con la gama disponible en el útero que acaban de dejar. Y después de que cada parto y de que el posterior aprendizaje se completen con éxito, tendrán un potencial significativamente más autónomo que antes de que comenzara el trabajo de parto. Esto es emocionante y muy alentador. Sin embargo, la intensidad de las "contracciones" durante estos partos puede ponernos tan a prueba a todos los interesados que algunos padres piensan que algo anda mal y tratan de encontrar formas de evitar estas las luchas. Sin embargo, si hacen esto, detendrán el progreso del `` nacimiento '' y mantendrán a sus hijos atrapados en el útero o canal de parto de ese nacimiento concreto, es decir, en la relación madre-hijo, en la dinámica familiar o en la estrecha experiencia de grupo en su adolescencia.

La naturaleza de esta intensidad también cambia con cada parto: la intensidad física que sienten las madres con las contracciones físicas; la intensidad emocional sentida durante el 'yo quiero / no quiero' de las luchas de dos años; las discusiones apasionadas y la contención sobre "quién sabe qué" con los catorce años, y, finalmente, las luchas existenciales en las que nos metemos como adultos. 

Al enfrentarnos a cualquiera de los tres nacimientos de la niñez, puede ser de ayuda darnos cuenta de que el trabajo duro que estamos experimentando es necesario para que nuestros hijos hagan la transición a una autonomía mucho mayor. 

¡Así que su consejo es aguantar!

Empoderamiento

Perdemos nuestro poder cuando lo cedemos a otros o a las circunstancias externas. Lo recuperamos cuando aceptamos nuestra capacidad para manejar nuestro poder personal. Las personas están empoderadas cuando se enfocan en:

1. Resolver.
El Niño se queja, el Adulto resuelve. El desahogarse con amigos y familiares puede ser un Pasatiempo o parte de un Juego, pero no es la solución de nuestros problemas, puede agravarlos incluso.  Mientras nos quejamos, nuestro Niño se mantiene enfocado en los problemas,  descontando nuestro poder personal. Necesitamos al Adulto para enfocarnos en la solución. Activa tu Adulto cuando veas que tu Niño se queja.

2. Aceptar la responsabilidad.
Somos responsables del sufrimiento del Niño. No son las otras personas las que nos hacen sentir como nos sentimos. Incluso cuando otros nos hacen daño podemos elegir la respuesta emocional. Se le atribuye a Eleanor Roosevelt la frase: "Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento."
Cuando te sientas mal, pregúntate que te estás diciendo a ti mismo sobre ti y sobre los demás. Pon el Padre a trabajar sobre qué límites y qué permisos necesitas para responder a las necesidades que tus emociones expresan.

3. Establece límites saludables.
Ignorar nuestra responsabilidad en la toma de decisiones adecuadas para nosotros es ceder el poder a otros. Nuestro Padre Normativo puede establecer los límites físicos y emocionales saludables que nos permitan gestionar, en función de nuestras necesidades sanas, cómo y con quién invertimos nuestro tiempo.

4. El proceso de perdonar.
El Padre Nutritivo/Compasivo aunque reconoce la ira como emoción natural, sabe que guardar rencor sólo perjudica a quien lo experimenta, por eso, acompaña al Niño hasta encontrar la calma y seguridad interna.
El Padre Compasivo ayuda a perdonar, no porque se acepte la bondad o la maldad del evento, sino porque perdonar implica sobreponernos y retomar de nuevo nuestra capacidad de disfrute.

5. Conocer nuestros valores.
Si no conocemos nuestros valores, vamos a la deriva. El Padre nos ayuda a gestionar y priorizar nuestros valores para vivir en función de lo que para nosotros es importante.

6. Pensamientos productivos.
Cuando estamos enredándonos en pensamientos improductivos, que no nos llevan a ninguna parte y nos generan confusión y malestar, el Adulto toma el control para no dedicar más energías a áreas de tu vida que no lo merecen. Se enfoca en aquello que en el aquí y ahora nos va a ser beneficioso.

7. Lenguaje empoderado.
El Adulto evita frases de Victima: "Tuve que hacerlo..." y habla con lenguaje empoderado "Decidí que, en aquel momento, lo mejor era hacer...". Aunque, no todas las decisiones que tomamos resultan finalmente como queríamos, es necesario reconocer que siempre había otras opciones y que nosotros decidimos.

8. Mis opiniones y tus opiniones: seguro y abierto a crecer.
No todo el mundo estará de acuerdo con nosotros, al igual que tampoco nosotros estaremos de acuerdo con los demás todo el tiempo. El Adulto evalúa la parte que le sirve de las críticas que recibe, pero no permite que la opinión de nadie afecte a su autoestima.

9. Mantener el brillo.
La duda y el miedo nos opacan. Cuando nuestro Niño confía en que nuestros estados del yo están lo suficientemente equilibrados y sintonizados, se siente protegido, entonces no le importa destacar y atreverse a ser diferente.

sábado, 17 de abril de 2021

El silencio intimo

 


Silencios

Eric Berne, el fundador del AT, creía que los seres humanos necesitamos estructurar el tiempo y las relaciones con otras personas de alguna manera. Evitar la incertidumbre en cuanto a qué hacer, el aburrimiento, y asegurar los estímulos requeridos es el objetivo de la estructuración del tiempo.

Para evitar el dolor del aburrimiento, estructuramos el tiempo de tal manera que obtengamos suficientes caricias. Así estructuramos el tiempo de seis maneras.

Aislamiento: Tiempo en silencio dedicado a ensoñaciones, fantasías, reflexiones o diálogo interno e introspección.

Rituales: Ceremonias,  saludos, intercambios de cortesía, actividades estructuradas, rutinas. Berne los define como conjunto de transacciones simples, complementarias, estereotipadas, programadas y determinadas por fuerzas sociales externas". Su raíz está en pautas culturales transmitidas de generación en generación.

Pasatiempos: Charlas, hablar de temas predecibles sin realizar ninguna acción.

Juegos: Secuencia de interacciones entre personas, que por lo general terminan sintiéndose mal y con una sensación de "otra vez me ha vuelto a pasar".

Actividades: Planificar o realizar acciones, trabajar física o mentalmente, hacer tareas.

Intimidad: Intercambios honestos entre personas, momentos donde los sentimientos se expresan genuina y efectivamente, pueden incluir ser vulnerable o no estar a la defensiva en conflictos.  No hay temor a ser juzgado, criticado o rechazado. Y se experimentan sentimientos de ternura, empatía y cariño

Vamos a analizar los tipos de silencio en el aislamiento.

 

1. Silencio opresivo

En un silencio opresivo, la persona en cuestión está completamente preocupada por sí misma. En la escala de Karpman, esta especie estaría muy cerca del 0% de intimidad.

La energía se centra en cómo se podría romper el silencio. Al hacerlo, se somete a una presión cada vez mayor. La ansiedad crece y al mismo tiempo la probabilidad de que se le ocurra algo que podría decir disminuye. En relación con sus explicaciones sobre el tema del aislamiento, Eric Berne habla de transacciones autistas adaptadas, para él las transacciones autistas adaptadas se encuentran en individuos inhibidos que pueden tener algo que decir que es bastante apropiado para la situación, pero que son demasiado tímidos para decirlo.

 

Ana y Luis son pareja desde hace tres años. Durante este tiempo se han producido altibajos, como en todas las relaciones de pareja. Ahora los dos están sentados en el sofá de casa después de un día de trabajo duro. Es la primera noche que tienen para estar juntos después de mucho tiempo. Están en silencio.


Ana espera a que Luis tome la iniciativa. Últimamente es siempre ella quien inicia una conversación. ¡Ahora debe hacerlo él!

 

Luis está experimentando un cóctel emocional opresivo. Esperaba con ansias esta velada con Ana. Pero, ¿de qué podrían hablar ahora? No quiere hablar de su trabajo. Después de todo, es el momento de desconectar. A ella no le importa el fútbol. ¿Sobre las próximas vacaciones? Tuvieron bastantes desencuentros sobre este tema la última vez. Así que mejor no tocarlo. Por lo general, Ana siempre tiene algo que decir. Ella es buena para iniciar una conversación de manera informal. Luis lo aprecia y la admira por ello. Pero hoy no dice nada. ¿Qué está sucediendo?


2. Silencio explosivo

En contraste con el silencio opresivo, la energía en este tipo más dirigida hacia la otra persona. Las transacciones autistas inadaptadas , como las llama Berne, se caracterizan por la ira hacia la otra persona. La ira, sin embargo, no se expresa en voz alta, sino que se expresa en las voces internas: "¡Me encantaría machacar a este estúpido!"


Mejor nos ahorramos describir la escena.

 

3. Silencio libre

Los pensamientos vagan de un tema a otro. Cualquier cosa es posible, desde recuerdos de experiencias pasadas hasta deseos de lo que quieres o harás en algún momento. Si bien los dos primeros tipos de silencio te hacen sentir incómodo, el silencio libre está bien.


Ana y Luis son pareja desde hace tres años. Durante este tiempo se han producido altibajos, como en todas las relaciones de pareja. Ahora los dos están sentados en el sofá de casa después de un día de trabajo duro. Es la primera noche que tienen para estar juntos después de mucho tiempo. Están en silencio.

 

Ana todavía está dándole vueltas a su trabajo. Su compañera de trabajo la ha interrumpido muchas veces. Está muy harta de ella.


Mientras Ana tiene su mente en el pasado, Luis está en el presente en sus pensamientos. Hay un partido de Liga. ¿Y si encendiera la televisión y lo viera ahora? No, no puede permitirse eso, Ana no lo entendería. El fútbol no es una opción hoy.


4. Silencio íntimo

Tienes esa sensación agradable de estar con otro en silencio y estar relajado. Es un silencio íntimo, agradable y beneficioso.

No siempre es necesario hablar de ello. ¡Permítete un silencio íntimo y libre!


Ana y Luis son pareja desde hace tres años. Durante este tiempo se han producido altibajos, como en todas las relaciones de pareja. Ahora los dos están sentados en el sofá de casa después de un día de trabajo duro. Es la primera noche que tienen para estar juntos después de mucho tiempo. Están en silencio.

Ambos disfrutan estar juntos. Sienten que ahora no es el momento para las palabras. Cuanto más largo es el período de silencio, más íntimo se vuelve. Se conocen y se aceptan por lo que son. No es necesario que se engañe a sí mismo. A través del silencio, el vínculo se puede experimentar y sentir una vez más.