Los tres modos de relación no conscientes son:
- Juegos Psicológicos
- Relaciones Parasitarias
- La relación simbiótica.
- Juegos de poder
- Relación contractual
El Juego se produce a nivel inconsciente, los jugadores obtienen "beneficios" (Caricias) y sus juegos son complementarios.
Claude Steiner (La otra cara del Poder) dice que tenemos varias razones para jugar:
1.- Una forma de saciar erróneamente ("amartano") el hambre de reconocimiento ("ganancia" biológica).
2.- Una forma de estructuración del tiempo que denominamos pasatiempo ("ganancia" social).
3.- Confirmación de una Posición Existencial (actitud ante la vida) equivocada ("ganancia"existencial).
4.- Protección contra el miedo a ser desenmascarado y que se me conozca como soy.
5.- Evitar la intimidad.
6.- Procurar que los otros hagan lo que no quieren hacer.
La relación simbiótica Cada parte de la relación actúa con determinados Estados del Yo: uno está en el Niño; en el otro, es el Adulto y el Padre.
Relación parasitaria
Desarrollado por Fanita English. Es una relación complementaria de una persona desde su Estado del Yo Niño tipo "sumiso" o "rebelde" a otra persona con tipo de pseudo Padre "Ayuda" o "Autoridad". La relación es rígida. El primero espera los signos de reconocimiento hacia su Niño y el segundo espera lo mismo hacia su estado "Padre" y cada uno obtiene lo que andan buscando.
Esta relación también se origina en la infancia y se lleva a cabo fuera del ámbito de la conciencia.
Las personas obtuvieron señales de reconocimiento por sus emociones y sus comportamientos no auténticos, mientras que sus sentimientos y comportamientos auténticos y espontáneos molestaron y fueron reprimidos.
La relación parásita da la impresión de una caricatura. Es como si las personas hicieran un teatro. Su discurso suena falso. Sin embargo, ellos lo perciben como genuino y se sienten dañados si dudamos de su sinceridad.
Los signos de reconocimiento que obtienen no alimentan realmente su corazón. La relación es estereotipada. El proceso lleva a que uno de los dos se cansa y empieza a enviar señales al otro de querer acabar este tipo de relación. El anunciar a la otra parte que va a ser privado de su fuente de reconocimiento de señales es el "Switch", el giro dramático, que ocurre también acompañado de un cambio de Estado del Yo.
Cuando la relación parasitaria funciona, las transacciones son simples y paralelas, que van desde el Niño al Pseudo Padre y viceversa. Las personas que buscan este tipo de relación se encuentran con gran facilidad.
La relación simbiótica Cada parte de la relación actúa con determinados Estados del Yo: uno está en el Niño; en el otro, es el Adulto y el Padre.
Para solicitar la simbiosis, se utiliza una transacción angular desde el Niño, con un estímulo a nivel social de Niño-Adulto y a nivel psicológico un estímulo de Niño-Padre.
Para ofrecer la simbiosis, se ofrece un estímulo de doble mensaje Adulto-Niño a nivel social y Padre-Niño a nivel psicológico.
Si el nivel psicológico se ignora, el tipo de relación simbiótica no engancha, si se responde, se produce el enganche.
Petición de simbiosis:
• Voy a necesitar un taxi para ir a la estación, dijo Pedro.
La petición del Niño está implícita. A nivel de estímulo social es Niño-Adulto, la ulterior es una petición para que te hagas responsable de mi necesidad, es un estímulo de Niño a Padre. Seguramente esta ulterior está emitida desde una expresión no verbal adecuada.
No se crea la simbiosis si el receptor de este mensaje no engancha, o ignora la ulterior, y simplemente contesta:
Si, tu puedes reservarlo ya.
Sin embargo , si responde "No te preocupes, yo ahora te llevo" la simbiosis se ha creado.
Oferta de simbiosis:
A qué hora es tu tren? dice Juana a Pedro que le ha ido a visitar.
A nivel social, Juana pide información sobre una necesidad de Pedro, pero a nivel psicológico, su Padre está diciendo a Pedro que no se preocupe, que ella va a cuidar de él y de sus necesidades, aunque Pedro no se lo haya pedido.
La simbiosis se crea con la respuesta de Pedro:
A las 3.
Sin embargo, si Pedro contestara:
No te preocupes, yo puedo arreglármelas.
La simbiosis no se crea y no hay enganche.
En las relaciones simbióticas la confianza en la otra parte es esencial, tanto la confianza real como la confianza transferida. El reconocimiento es una parte fundamental, que ha sido, muchas veces, negada en la infancia. Y en el momento que se reconocen por primera vez en una relación simbiótica, se sienten como si hubieran llegado a casa, encontrando un lugar en el mundo.
Las relaciones simbióticas pueden llegar a ser confusas. Aunque el vínculo se experimenta como amoroso, en realidad, es un anhelo y un abandono de uno mismo.
Quienes están inmersos en relaciones simbióticas viven con una ansiedad subyacente y un temor al abandono, lo que les lleva a buscar constantemente la aprobación y la confirmación de los demás.
Fuente: Vázquez Bécker, Rodolfo. Introducción a la teoría del análisis transaccional (Spanish Edition)
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