Feliz Año Nuevo 2025! Seguro que has decidido poner tus mejores intenciones para hacer que este año, definitivamente, puedas lograr tus objetivos: adelgazar, dejar de fumar, encontrar el amor, cambiar de trabajo, dejar las relaciones tóxicas, en fin, esas pequeñas cosas que requieren ser resueltas.
Con la ayuda de todos nuestros estados del yo la cosa no debería ser muy complicada ¿verdad?. Si debo de hacerlo (Padre), sé hacerlo (Adulto) y me gustaría conseguirlo (Niño) ¿por qué no lo consigo?
La respuesta puede ser que la ecuación, debo, sé hacerlo y me gustaría no siempre la realizamos con los estados del yo adecuados, por ello se producen dinámicas internas que pueden producir bloqueos o conflictos más profundos que interfieren con la acción e impiden los objetivos.
Vamos a analizarlo.
El Padre: “Tengo que o debo de”
El Padre es el que representa nuestras normas, valores y deberes. Puede ser un estado del yo que nos nutra, en cuyo caso nos motivará a cuidarnos, o un estado del Yo que nos critique o exija, en cuyo caso nos impondrá reglas rígidas y juicio.
Un "Deber hacerlo" de un Padre Crítico se siente más como una obligación rígida y cuando un Padre se impone genera resistencia interna en el Niño: “Debería hacer ejercicio, si no, soy un desastre.”
Cuando habla el Padre Nutritivo puedes conectar con el autocuidado y generar colaboración en el Niño: “Debo hacer deporte porque me ayudará a sentirme bien y a cuidar de mí.”
¿A que no suena igual? ¿A qué tiene efectos diferentes?
El Adulto: "Sé hacerlo"
El Adulto es el estado racional y objetivo, el que analiza las situaciones y organiza los pasos necesarios para lograr algo, sabe cómo hacerlo. Si sabes cómo hacerlo, pero aun así no actúas, es posible que otros estados del yo estén bloqueando al Adulto.
- El Padre Crítico puede sobrepasar y bloquear al Adulto con pensamientos como: "Tienes que hacerlo perfectamente o no vale la pena intentarlo." Esto genera una parálisis por perfeccionismo.
- El Niño Rebelde puede luchar contra su Adulto con actitudes como: "No quiero hacerlo, es aburrido. ¿Por qué debo hacerlo ahora?" Aquí, el Niño evita el trabajo porque siente que las demandas son restrictivas o carentes de diversión.
El Niño: "Me gustaría conseguirlo"
El Niño es el motor emocional y motivacional. Si nuestro Niño no quiere o no está interesado en participar en una tarea, no tendremos la energía necesaria para actuar.
Esta es la parte más complicada, porque no todos los aspectos del Niño están siempre alineados con nuestras metas.
Por ejemplo:
El Niño Natural puede empezar la tarea lleno de entusiasmo porque es algo nuevo y divertido, pero si la actividad no le resulta placentera, rápidamente perderá interés. Ejemplo: "Quiero lograrlo, pero no quiero seguir porque me aburre."
El Niño Adaptado puede sentir miedo al fracaso o rechazo, y esto lo lleva a evitar intentar algo que realmente desea. Ejemplo: "Quiero conseguirlo, pero, ¿y si no soy lo suficientemente bueno?"
El Niño Rebelde puede resistirse si percibe que la meta viene impuesta por un deber excesivo, lo que lo lleva a sabotear el proceso. Ejemplo: "Quiero conseguirlo, pero no me gusta hacer las cosas por obligación."
Es más fácil analizarlo desde fuera que darnos cuenta de cuando están funcionando unos u otros en el momento en el que lo hacen, por eso, es una buena práctica centrarnos en cultivar los estados proactivos, los que van a cooperar con nuestros objetivos. Si los entrenamos, como entrenamos los músculos, los tendremos disponibles y en buena forma.
Plan de salud de los estados del Yo para el 2025
Para que este plan funcione se ha de convertir en un hábito. Crear rutinas higiénicas para los estados del yo es la base para que nuestros planes se cumplan.
Mañana: Calentando motores
1. Intención clara (Yo Adulto)
El Adulto se encarga de tomar decisiones racionales y prácticas. Cuando despiertes, establece una intención clara para el día. Pregúntate:
¿Qué necesito lograr hoy?¿Cómo puedo manejar mejor mi tiempo y energía?
Esto te permitirá empezar tu día con claridad y enfoque lógico, sin abrumarte.
2. Movimiento amable (Yo Padre Nutritivo)
Aquí entra el Padre Nutritivo, que se preocupa por tu bienestar físico y emocional. Al dedicar tiempo a estirarte, caminar o hacer yoga, estás cuidando tu cuerpo como un padre amoroso cuidaría a su hijo.
Mientras te mueves, puedes decirte frases como:
- "Me merezco empezar el día con calma."
- "Estoy cuidando de mí mismo porque lo valgo."
3. Sentimiento de gratitud (Yo Niño Natural)
El Niño Natural es espontáneo, curioso y agradecido. Dedicar unos minutos a reflexionar sobre aquello por lo que estás agradecido satisface esta parte de ti que busca alegría y conexión emocional.
Permítete sentir genuinamente la gratitud por las cosas simples y grandes de la vida. Es un momento para que tu Niño celebre la belleza del mundo.
Mediodía: Reajustando motores
Pausa y reconexión (Yo Adulto)
Durante el trabajo o la rutina diaria, tu Adulto puede sentirse sobrecargado por las demandas externas. Tómate una pausa consciente para reconectar con el momento presente.
Piensa en este momento como un "reinicio del sistema". Respira profundamente y reflexiona objetivamente:
- ¿Cómo estoy manejando mi energía?
- ¿Qué puedo priorizar ahora?
Movimiento amable (Yo Niño Rebelde y Padre Nutritivo)
Aquí puedes permitir que tu Niño Rebelde participe con algo de espontaneidad: da un pequeño paseo, estírate o haz algo divertido y diferente, como bailar por un minuto.
Al mismo tiempo, tu Padre Nutritivo se asegurará de que este movimiento sea saludable y positivo para ti. Esta combinación entre cuidar y divertirte puede ser muy reparadora.
Tarde: Parando motores
Desconexión digital consciente (Yo Padre Crítico y Adulto)
El Padre Crítico puede aparecer al final del día recordándote:
"Has trabajado suficiente, es momento de detenerte."
Escucha esta voz con equilibrio y deja que tu Adulto tome la decisión de desconectar de dispositivos para proteger tu bienestar.
Aquí, el Adulto planifica una actividad que te relaje y desconecte, como leer o caminar, en lugar de consumir más pantallas.
Soltar el estrés respirando (Yo Niño)
Tu Niño Natural necesita momentos para soltar tensiones acumuladas. A través de la respiración profunda (como el método 4-7-8), le das permiso a tu Niño para relajarse y sentirse seguro.
Inhala: Respira profundamente por la nariz durante 4 segundos.
Retén: Mantén la respiración durante 7 segundos.
Exhala: Suelta el aire lentamente por la boca durante 8 segundos
Este ejercicio envía un mensaje a tu interior:
"Todo está bien, ahora puedes descansar."
Noche: Integrando los estados del yo
Rutina relajante (Yo Padre Nutritivo y Adulto)
El Padre Nutritivo se asegura de que te cuides con una rutina relajante antes de dormir: apaga pantallas, baja las luces y prepara tu cuerpo y mente para descansar.
Tu Adulto evalúa qué prácticas funcionan mejor para optimizar tu sueño (leer, meditar, etc.).
Escribir pensamientos (Yo Niño y Adulto)
Al escribir tus preocupaciones o reflexiones, estás permitiendo que tu Niño Adaptado exprese sus emociones de forma segura, mientras el Adulto organiza y gestiona esos pensamientos.
Este proceso ayuda a que ambas partes encuentren paz antes de dormir.
Gratitud nocturna (Yo Niño Natural)
Termina el día conectándote con tu Niño Natural al reflexionar sobre algo positivo que ocurrió durante el día. Este simple acto de gratitud alimenta la esperanza, la alegría y el optimismo en tu interior.
La clave
La clave para que esta rutina funcione es que cada estado del Yo encuentre sentido y cumpla su función durante el día:
- El Padre Nutritivo: Te cuida a lo largo del día, ayudándote a priorizar el bienestar.
- El Adulto: Evalúa, toma decisiones prácticas y mantiene todo en equilibrio.
- El Niño: Disfruta de momentos de alegría, espontaneidad y descanso, lo que aporta motivación y felicidad.
Cuando tus estados del Yo están alineados, no solo reduces el estrés, sino que también te sientes más pleno, integrado y en armonía contigo mismo y, solo entonces, consigues lo que te propones.