Maluisse: Qué te ocurre? Te noto tensa, tus ojos están tristes y pareces preocupada. Hay algo que pueda hacer por ti?
Velle: No lo sé.
Estoy confusa. Todo es muy complicado.
Maluisse: Si dividimos
por partes lo complicado podemos encontrar la sencillez. Serías capaz de
dividir en trozos eso que es TODO complicado?
Velle: No me
siento segura en el trabajo, no se si me gusta o no.
Maluisse: Sigamos
dividendo en partes, veamos las emociones, cada una por su lado. Hablas de “sentirte
segura” y también de “si te gusta”. Quizás estas dos emociones tengan relación
o no. Vamos a investigar en ellas.
Cómo tendría que ser tu trabajo para sentirte segura en él?
Velle: Me
gustaría que las tareas estuvieran más claras. Qué pudiera pedir información
cuando la necesito. Qué me diera oportunidades de hacer cosas nuevas….
Maluisse: Ya veo,
te sientes insegura cuando las tareas no son muy claras, cuando no tienes la
suficiente información para realizarlas y no tienes acceso a esa información
que necesitas. También sientes que te gustaría hacer otras cosas diferentes,
pero eso lo vamos a dejar para otra ocasión.
Vamos a centrarnos en tener las tareas más claras y tener
acceso a la información cuando la necesitas.
A nuestro Niño no le gusta la inseguridad, porque es fuente
de amenazas y significa pérdida de control. Si no nos sentimos seguros en un
entorno en el que “deberíamos” estarlo o se espera de nosotros que lo estemos,
nos sentimos exigidos por el Padre Crítico interno o Externo. Aparecen diálogos
internos entre Niño y Padre Crítico Interno negativos. Podrías identificar esos
diálogos internos que te producen inseguridad?
Velle: Pues… no
se. Me digo que tendría que saber solucionar todas las incidencias del día, y
cuando no lo consigo porque no tengo la suficiente información o porque no
puedo acceder a ella, me siento inútil, creo que otros serían capaces de
hacerlo y yo no, pienso que no estoy capacitada o pienso que todos se van a dar
cuenta de mi inutilidad.
Maluisse: Es
decir, tu Padre interno te dice cosas como “tendrías que saber hacerlo” o “No
eres lo suficientemente buena como otros creen” y tu Niña se siente entonces “inútil”,
“incapaz”, “avergonzada”.
Velle: Si, algo
así. No es tan explícito como tú lo dices, pero entiendo que se puede describir
así.
Maluisse: Qué dice
tu Adulto cuando esto ocurre?
Velle: Mi Adulto
sabe que no me dieron un training cuando llegué, que he tenido que aprender con
muy poca formación y que los manuales de consulta están hechos para gente que
ya conoce el proceso y no son de ayuda cuando se requieren ciertos detalles.
Pero, a pesar de eso, me sigo sintiendo mal. Sigo sintiendo que no soy
suficientemente buena.
Maluisse: Si he
entendido bien, tu Adulto sabe que no es solo responsabilidad tuya la falta de
información y que, a veces, obtener la información que necesitas no es posible.
Sabe que tienes que tomar riesgos y decisiones cuando no tienes toda la
información. Conoce qué es la realidad de tu trabajo en ciertos momentos. Sin
embargo, a pesar de eso, tu Padre Crítico Interno te sigue haciendo responsable
de todo. Y por tanto, tu Niña sufre.
Velle: Si, puede
ser que sea así.
Maluisse: Qué
podrías decirle a tu Niña, cuando eso le ocurra para que se sintiese segura y
valiosa en esos momentos.
Velle: Quizás
podría decirle que ella hace todo lo que puede y que eso es suficiente.
Maluisse: Eso la
tranquilizaría?
Velle: No lo se,
a ella le da miedo lo que otros piensen, que pueda decepcionar a otros.
Maluisse: Veamos
ese miedo. ¿Qué pasaría si ella decepciona a otros?
Velle: No sería
tan querida. No recibiría tantas caricias positivas, se podría quedar sola.
Maluisse: Tiene
miedo de quedarse sola con ese Padre Crítico tan exigente y culpabilizador. Lo
entiendo.
Velle: Siiiiiiii
Maluisse: Como
podrías sentirte bien sola?
Velle: imagino
que aceptándome y valorándome. Pero eso sería ser autosuficiente y tú me has
hablado de que somos interdependientes. Nos necesitamos todos. Yo no quiero
estar sola.
Maluisse: Si,
claro. Necesitamos amar y ser amados, valorar y ser valorados, aunque no
necesariamente por TODOS. Precisamente cuando nos valoramos y amamos a nosotros
mismos, podemos hacer lo mismo con los demás. Cuando “necesitamos” que los
otros nos protejan de nuestro miedo y de nuestra inseguridad, no estamos asumiendo nuestra propia responsabilidad
emocional (el autocuidado de nuestro Niño) y, por tanto, no mantenemos
relaciones sanas.
Velle: Vaya, se
complica la cosa.
Maluisse: Al
contrario, es más sencillo, no puedes manejar las experiencias de los demás, sus
motivaciones, creencias y sensaciones, pero sí lo puedes manejar contigo. Crees
quizás que podrías cambiar tu diálogo interno y dar más poder a tu Padre
Nutritivo Interno Compasivo que te aceptara y te valorara?
Velle: y cómo lo
hago?
Maluisse: La autosuficiencia
es lo contrario de la autocompasión. Cuando yo pretendo ser autosuficiente es
porque no confío en los demás, no confío en el apoyo emocional de los otros.
Eso me hace encerrarme en mi mismo y desconectar de los otros eliminando la
empatía.
La autocompasión, sin embargo, me abre a mí mismo y me abre
a los demás. Facilita mi regulación emocional y el afrontamiento de las
circunstancias difíciles. Un Padre Nutritivo Interno Compasivo me permite aceptar
mi vulnerabilidad (debilidades y errores) y al hacerlo, estoy aceptando la
vulnerabilidad en los demás. No solo me hace más resiliente, sino que me acerca
más a esa humanidad compartida de la que todos formamos parte.
Si yo me acepto en mis debilidades, desaparecerá el miedo a
no ser aceptado.
Vella: Desaparecerá?
Maluisse: Imagínate
que no te gustan tus piernas, pero te encantan tus ojos. No aceptas tus piernas
y adoras tus ojos. Cuando alguien te mire las piernas, proyectarás esa “no
aceptación” en los demás. Pensarás que no les gustan tus piernas, incluso de
aquellos a los que les encanten. Sin embargo, cuando miren tus ojos,
independientemente de lo que ellos piensen, tú no sentirás ningún miedo a que
los rechacen, es más, incluso aunque te digan explícitamente que no les gustan
tus ojos, no te preocupará.
Vella: ¡hum! Es
verdad.
Maluisse: De esta
manera funcionamos, proyectamos en los demás nuestras valoraciones sobre
nosotros mismos. Pero, volvamos al inicio. Cómo te sentirías si te sintieras
segura y valorada por ti misma, asumiendo que hay momentos en que las tareas no
están claras y que tienes que tomar decisiones inciertas, con riesgo de que se
puedan producir “aciertos” o “errores”.
Vella: tendría
que aceptar que el error es la única forma de obtener información y que esa
sería la única posibilidad de aprender.
Maluisse: Es
decir, que el error es parte de tu formación y aprendizaje en este trabajo. No?
Vella: Si. Eso
es.
Maluisse: ¿Crees
que los demás también saben esto y también lo experimentan con sus propias
tareas?
Vella: Si, me
imagino que sí, que están en mi misma situación.
Maluisse: Crees
que si te sintieras auto-valorada y segura (aceptando los riesgos y el
aprendizaje) en tu trabajo, te gustaría lo que haces.
Vella: Si,
disfrutaría más.
Maluisse: ¿Te
sientes mejor ahora?
Vella: Si…, no lo
veo fácil, pero veo un punto de luz. Lo seguiré. Gracias, abuela.
3 comentarios:
Este tipo de diálogos son utilísimos, y lo mejor es que los puedes establecer tú misme contigo misme, sin necesidad de nadie más (aunque, por supuesto, en ocasiones ayuda mucho que asista una persona experta en la materia)
Así es. Gracias por tu comentario.
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