miércoles, 19 de junio de 2024

Relación entre la vulnerabilidad a las adicciones y la falta de Caricias o el exceso de Caricias negativas



El reconocimiento y la atención social son elementos fundamentales para el bienestar emocional y psicológico. En el marco del Análisis Transaccional (AT), a estos actos se les denomina "caricias", que pueden ser positivas o negativas. 

La falta de caricias positivas y el exceso de caricias negativas pueden tener un impacto profundo en una persona, aumentando su vulnerabilidad a desarrollar adicciones. 

Hay cuatro tipos de caricias:

  • positivas condicionales, por hacer las cosas correctamente
  • positivas incondicionales, por ser simplemente tú
  • negativas condicionales, por hacer algo mal
  • negativas incondicionales, atención negativa por ser tú mismo. Son las más lesivas, socavan la autoestima y no me siento bien conmigo mismo ni con mi mundo.

Berne considera la caricia como una necesidad biológica básica con profundas implicaciones motivacionales ( Berne E. (2001). Análisis transaccional en psicoterapia: el manual clásico de sus principios).  Así, para sobrevivir y desarrollarse, las personas necesitan tener satisfecha esta "ansia" de reconocimiento. La palabra "caricia" se deriva del hecho de que la primera forma de reconocimiento que recibimos es el tacto.

Reglas:

  • Toda transacción es un intercambio de caricias
  • Cualquier tipo de caricia es mejor que ninguna
  • Una caricia condicional se relaciona con lo que haces
  • Una caricia incondicional se relaciona con quién eres
  • Es mejor recibir una caricia negativa que ninguna caricia

Por lo tanto, una caricia es una forma de estímulo que reconoce nuestra existencia. Damos y recibimos caricias a diario y estas forman parte de nuestras interacciones con nosotros mismos y con los demás.

Sistema de recompensa y su relación con las caricias

El sistema de recompensa del cerebro es una red de estructuras neuronales que se activa en respuesta a estímulos placenteros o reforzantes. Este sistema es crucial para la motivación, el placer y el aprendizaje, y se basa en la liberación de neurotransmisores como la dopamina. 

Las caricias positivas activan este sistema, generando bienestar y reforzando comportamientos positivos. Cuando una persona recibe caricias positivas, como elogios, afecto y reconocimiento, su cerebro libera dopamina, creando una sensación de placer y satisfacción. Este refuerzo positivo motiva a la persona a buscar más interacciones y comportamientos que resulten en más caricias positivas.

Por otro lado, las caricias negativas, como críticas y desprecios, pueden activar el sistema de estrés en el cerebro, liberando hormonas como el cortisol. Aunque estas caricias también pueden activar partes del Sistema de Recompensa, generalmente resultan en sentimientos de malestar y aversión. 

La ausencia de caricias, o la falta de reconocimiento y atención, puede llevar a un estado de deprivación emocional. Sin la liberación regular de dopamina que las caricias positivas proporcionan, una persona puede sentir un vacío emocional y buscar otras formas de llenar ese vacío.

Vulnerabilidad a las adicciones

Las adicciones pueden surgir cuando una persona busca formas de compensar la falta de caricias positivas o el exceso de caricias negativas. Los mecanismos neurobiológicos y psicológicos involucrados incluyen la búsqueda de placer alternativo, el alivio del estrés y la ansiedad, y el escapismo y la evasión. Cuando una persona no recibe caricias positivas puede buscar fuentes alternativas de placer y recompensa. Las sustancias adictivas, como el alcohol, las drogas y la nicotina, pueden proporcionar una liberación rápida y potente de dopamina, supliendo temporalmente la carencia de reconocimiento positivo.

Por otro lado, el exceso de caricias negativas aumenta los niveles de estrés y ansiedad. Por lo que la peersona puede recurrir a sustancias adictivas para aliviar estos sentimientos negativos, ya que estas sustancias les permite reducir temporalmente la ansiedad y producen una sensación de calma. 

Si la combinación de ausencia de caricias y el exceso de caricias negativas pueden llevar a una persona a sentir un profundo malestar emocional y una falta de conexión social, podemos deducir que las adicciones pueden servir como una forma de escapismo, ayudando a la persona a evadir sus problemas emocionales y la realidad de sus circunstancias.

Factores de riesgo psicológicos y sociales

La baja autoestima y la autoeficacia son factores de riesgo significativos en el desarrollo de adicciones debido a su impacto en el sistema de recompensa cerebral, la regulación del estrés y la ansiedad, la resiliencia, el control inhibitorio, y las interacciones sociales. 

La baja autoestima y la autoeficacia baja lo entendemos como patrones de pensamiento y comportamiento que tienen su raíz en los "Estados del Yo" de la persona, particularmente en el Yo Niño Adaptado y en las grabaciones del Yo Padre Crítico.

Cuando una persona tiene baja autoestima, significa que su Yo Niño Adaptado ha internalizado mensajes negativos del Yo Padre Crítico. Estos mensajes pueden ser del tipo "No soy lo suficientemente bueno", "Nunca haré nada bien" o "No merezco ser feliz". Estas creencias limitantes generan una percepción de insuficiencia y una constante autocrítica.

La autoeficacia baja es la creencia de que no se es capaz de manejar o enfrentar situaciones de manera efectiva. Desde el AT, esto puede estar relacionado con la falta de un Yo Adulto fuerte que pueda analizar la realidad de manera objetiva y encontrar soluciones prácticas. El Yo Niño Adaptado puede sentirse impotente o sin recursos.

El Yo Niño asocia el comportamiento adictivo con una recompensa inmediata, como un alivio temporal del dolor emocional. Este ciclo de buscar alivio en la adicción se refuerza cada vez que se recurre a ella.

Las personas que no reciben suficientes caricias positivas pueden no desarrollar adecuadamente las habilidades de afrontamiento necesarias para manejar el estrés y las dificultades de la vida. Las sustancias adictivas aparecen entonces como una forma de manejar el estrés y las emociones negativas.

Los entornos familiares y sociales donde abundan las caricias negativas o la falta de caricias positivas son un buen caldo de cultivo para el riesgo de adicciones. La exposición constante a críticas, desprecios y falta de apoyo emocional crea un ambiente donde el desarrollo de adicciones se convierte en una forma de lidiar con el entorno adverso.

Ejemplos de situaciones de riesgo

Durante la adolescencia, los jóvenes buscan activamente el reconocimiento y la aceptación social. La falta de caricias positivas de los padres o el exceso de críticas puede llevar a los adolescentes a buscar validación en grupos de pares que promuevan el uso de sustancias. 

En entornos de trabajo donde los empleados no reciben reconocimiento por sus logros o están sujetos a críticas constantes, puede haber una mayor propensión a buscar alivio en el alcohol o las drogas como una forma de manejar el estrés.

En relaciones personales donde predominan las caricias negativas, como el abuso emocional o la negligencia, las personas pueden recurrir a sustancias adictivas para escapar del dolor emocional y la soledad.

Prevención y estrategias de intervención

Fomentar un entorno donde las caricias positivas sean frecuentes es crucial. Reconocer y elogiar los logros, expresar afecto y brindar apoyo emocional pueden ayudar a construir una autoestima saludable y reducir la necesidad de buscar recompensas alternativas. 

Las críticas deben ser constructivas y expresadas de manera que no dañen la autoestima. Es importante equilibrar las críticas con comentarios positivos y reconocimiento genuino para evitar el impacto negativo de las caricias negativas.

Enseñar y fomentar habilidades de afrontamiento saludables puede ayudar a las personas a manejar el estrés y las emociones negativas sin recurrir a sustancias adictivas. Esto incluye técnicas de manejo del estrés, habilidades de resolución de problemas y estrategias de autocuidado. El apoyo social y la terapia pueden ser cruciales para aquellos que ya están luchando con adicciones. La terapia puede ayudar a abordar las causas subyacentes de la adicción, incluyendo la falta de caricias positivas y el exceso de caricias negativas, y proporcionar estrategias para el cambio.

Conclusión

Comprender los mecanismos neurobiológicos y psicológicos detrás de esta relación es crucial para desarrollar estrategias de prevención e intervención efectivas. Fomentar entornos donde el reconocimiento positivo y el apoyo emocional sean la norma puede reducir la necesidad de buscar recompensas alternativas y ayudar a construir un bienestar emocional más sólido y resiliente.


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