Fran: Maluise, tengo un problema. Mi amiga Liz me ha invitado a pasar el fin de semana con ella, pero estoy indeciso sobre si debo hacerlo. Me encuentro en una encrucijada que me mantiene paralizado: si voy, siento que no disfrutaré; pero si no voy, sé que luego lamentaré no haber ido. ¿Qué debo hacer?
Maluise: Esa situación suena complicada, Fran. Permíteme contarte algo que quizás te ayude a ver las cosas desde otro ángulo, algo inspirado en la física cuántica.
Fran: ¿Física cuántica? ¿En serio? ¿Cómo puede eso ayudarme en mi decisión de visitar a Liz?
Maluise: La física cuántica aborda un concepto casi mágico llamado superposición. Básicamente, un sistema cuántico puede existir en múltiples estados simultáneamente hasta que es observado. Vamos a considerar tu dilema como una superposición de elecciones o posibilidades.
Fran: No estoy seguro si entiendo. ¿Quieres decir que mi elección entre ir o no ir a ver a Liz es como un electrón que se encuentra en varios lugares al mismo tiempo?
Maluise: Exactamente. Mientras no tomes una decisión, te encuentras en una superposición entre “asistir al evento” y “quedarte en casa". Ambas posibilidades coexisten al mismo tiempo en tu mente. Y al igual que ocurre en la física cuántica, esta superposición se resuelve hacia un único estado cuando finalmente decides.
Fran: Entonces, si tomo una decisión, ¿se desvanecerá la incertidumbre?
Maluise: Correcto. Imagina que optas por ir. En ese instante, la realidad se reduce a una única posibilidad: visitar a Liz. Después solo vivirás un desenlace: disfrutar de la visita o no. De manera similar, si optas por no ir, te adentrarás en otra realidad y deberás enfrentar las consecuencias de esa elección.
Fran: Pero, ¿cómo me ayuda eso a decidir? Sigue sin resolver mi dilema.
Maluise: La clave aquí es aceptar la incertidumbre y estar listo para cualquier resultado. Piensa en esto: ninguna decisión es perfecta y ambas tienen sus consecuencias.
Decides asistir a la fiesta. En ese momento, todo se define y experimentas un solo resultado:
- Si disfrutas en la fiesta: Fue una buena decisión.
- Si no disfrutas en la fiesta: Se cumple la predicción de “no disfrutar".
Por otro lado, si optas por quedarte en casa, te adentras en otra realidad:
- Si te arrepientes de no haber ido: Se cumple la predicción de “arrepentirse".
- Si disfrutas quedándote en casa: Fue una buena elección.
Lo importante es estar preparado mentalmente para aceptar lo que venga, en lugar de paralizarte intentando prever el resultado perfecto.
Fran: Hmm, eso tiene sentido. Supongo que debería aceptar que no hay decisiones completamente correctas o incorrectas.
Maluise: Exactamente. Además, desde el punto de vista del Análisis Transaccional, tus distintos estados del Yo (Padre, Adulto, Niño) pueden influir en cómo percibes esta situación.
Fran: ¿Cómo?
Maluise: Cuando estás en tu papel de Adulto, puedes analizar los datos disponibles y tomar una decisión basada en la información actual, aceptando las posibles consecuencias. Por otro lado, tu estado del Niño puede tener en cuenta tus deseos y emociones, mientras que el estado del Padre evalúa las normas y expectativas sociales que tienes en mente.
Fran: Entonces, pienso que debería tomarme un tiempo para pensar en mis verdaderos deseos a nivel emocional, en lo que tiene sentido desde un punto de vista lógico y en las expectativas sociales que recaen sobre mí.
Maluise: Genial. Al equilibrar estos aspectos internos, podrás tomar una decisión que esté más alineada contigo mismo. No importa la elección que hagas, estarás preparado para enfrentar las consecuencias.
Fran: Eso me da tranquilidad, Maluisse. Es una posible salida a mi impasse. Creo que voy a explorar mis sentimientos genuinos para tomar una decisión consciente y asumir cualquier resultado.
Maluise: Me alegra escuchar eso, Fran. Recuerda siempre que la vida está llena de incertidumbres y aceptarlas te ayudará a manejar mejor tus decisiones y sus consecuencias.
Fran: Gracias por tu apoyo, Maluisse. Siento un gran alivio; creo sinceramente que esta perspectiva me será de gran ayuda para tomar mi decisión.
Maluise: De nada, Fran. ¡Te deseo mucha suerte con tu elección!
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