sábado, 5 de noviembre de 2011

Sindrome de la mujer maltratada

Síndrome de la Mujer Maltratada

Introducción

En el caso de la agresión a la mujer, el análisis demuestra que en el componente instrumental no existe un objetivo concreto ni delimitado. Se observa una gran desproporción entre la conducta en sí y el resultado respecto a los motivos que la desencadenan o a los objetivos que pretenden conseguir. Finalmente, se demuestra que la única finalidad es mantener la posición de superioridad del hombre y la subordinación de la mujer.

Quizá no sea el momento de profundizar sobre aspectos propios de la sociología y la antropología, aunque tengan influencia directa sobre la persona y sus comportamientos. No obstante, diversos estudios han demostrado cómo los elementos incluidos en cada uno de estos grupos actúan favoreciendo la agresión a la mujer.

Control social y derecho

Tal y como destaca Elena Larrauri (1994), existe un control informal a través de las normas sociales, definido como:

“todas aquellas respuestas que suscitan determinados comportamientos que vulneran las normas sociales y que no cumplen las expectativas de comportamiento asociadas a un determinado género o rol”.

Este control está presente en toda la sociedad: en el ámbito doméstico, médico, laboral y público difuso (“este no es sitio o no son horas para una mujer”).

También existe un control formal, representado por el derecho penal, en el que se aprecia un tratamiento distinto hacia la mujer, ya sea en la norma misma o en las posibilidades de su aplicación.

Definición del Síndrome de Agresión a la Mujer (SAM)

Estas circunstancias han permitido definir el Síndrome de Agresión a la Mujer (SAM) (Lorente, 1998) como:

“Agresiones sufridas por la mujer como consecuencia de los condicionantes socioculturales que actúan sobre el género masculino y femenino, situándola en una posición de subordinación al hombre, y manifestadas en los tres ámbitos básicos de relación de la persona: maltrato en el medio familiar, agresión sexual en la vida en sociedad y acoso en el medio laboral”.

Definición del Síndrome de Maltrato a la Mujer (SIMAM)

Por todo lo anterior, se considera el Síndrome de Maltrato a la Mujer (SIMAM) (Lorente, 1998) como:

“Conjunto de lesiones físicas y psíquicas resultantes de las agresiones repetidas llevadas a cabo por el hombre sobre su cónyuge, o mujer a la que estuviese o haya estado unido por análogas relaciones de afectividad”.

Este síndrome se define por un cuadro lesional resultante de la interacción de tres elementos: el agresor, la víctima y las circunstancias del contexto. No toda lesión producida a una mujer debe considerarse maltrato; deben existir características específicas que se estudian a continuación.

Componentes del Síndrome de Maltrato a la Mujer

1. El Agresor

El agresor es alguien que mantiene o ha mantenido una relación afectiva con la víctima. No existe un perfil único de personalidad: es un grupo heterogéneo, con el denominador común de haber tenido una relación sentimental con la víctima.

Los estudios señalan como factor de riesgo más importante haber sido testigo o víctima de violencia en la infancia o adolescencia. Entre las motivaciones principales están la necesidad de control, sentimientos de poder y la percepción de la independencia femenina como pérdida de control.

  • Liberación de la rabia.
  • Neutralización de la vulnerabilidad.
  • Mantenimiento de la dominancia.
  • Alcanzar una posición social positiva.

En una minoría de casos, la violencia se relaciona con trastornos de la personalidad, enfermedades mentales o con el consumo de alcohol y drogas, que actúan como desinhibidores.

2. La Víctima

Investigaciones posteriores demostraron que no existen diferencias de personalidad entre mujeres maltratadas y no maltratadas. El factor de riesgo más influyente es la relación con el hombre agresor y, en menor medida, antecedentes de abuso sexual infantil.

Las teorías que atribuían el maltrato al “masoquismo de la mujer” han quedado desacreditadas.

3. Contexto Sociocultural

La violencia funciona como un mecanismo de control social de la mujer, legitimado históricamente por mandatos culturales y legales. Se transmite como patrón de conducta aprendido de generación en generación. Las normas sociales minimizan el daño y justifican al agresor, mientras que el alcohol actúa más como excusa que como causa directa.

Manifestaciones del Síndrome

Lesiones físicas

Incluyen contusiones, excoriaciones y heridas en cabeza, cuello, cara, pechos y abdomen. Son frecuentes las lesiones de defensa y las ubicadas en zonas no visibles. Estudios destacan la rotura de tímpano y lesiones en el tronco como indicativas de maltrato.

Lesiones psíquicas

A. Lesiones agudas

Shock, negación, ansiedad, depresión y culpa. Muchas mujeres desarrollan estrategias de mediación más que de huida.

B. Lesiones a largo plazo

Baja autoestima, depresión, dependencia emocional y síntomas comparables a los prisioneros de guerra. Este cuadro configura el Síndrome de la Mujer Maltratada (SIMUM), entendido como las alteraciones psíquicas derivadas del maltrato permanente.

Mecanismos de Producción

La agresión puede producirse por acción u omisión. El objetivo principal del agresor es dañar a la víctima como medio de dominación. La forma depende tanto de su personalidad como de factores contextuales y de oportunidad.

No hay comentarios: