miércoles, 8 de septiembre de 2021

Los espejos en las relaciones



Nacemos con todas nuestras emociones naturales y espontáneas positivas, sentimos alegría, mostramos afecto positivo, cariño, ternura, amabilidad. Como dice Berne, nacemos siendo príncipes y princesas.

Nuestras figuras parentales actúan como espejos para nosotros, con esa imagen proyectada irá formándose parte de nuestra identidad.

Reflejo Positivo:

Si los adultos conectan con nosotros con sentimientos nutritivos y afectivos, como paciencia, amabilidad, aprecio, júbilo y ánimo, tendremos la posibilidad de aprender a gestionar y transformar nuestras emociones negativas en recursos positivos.

Reflejo Negativo:

Pero cuando nos falta amor, cariño y cuidado, sentimos miedo.

El miedo es lo contrario del amor y nos hace manifestar diferentes emociones, que son llamadas de atención, para pedir que nos ayuden a calmarnos, a regular nuestro malestar desde fuera. No aprenderemos a gestionar y calmar nuestras propias emociones negativas y seguiremos buscando esa figura comprensiva y amorosa que nos ame incondicionalmente. Lamentablemente, esa es una esperanza infantil que, en la edad adulta, nos va a llevar normalmente a experimentar relaciones tóxicas, una y otra vez.

 


Aunque en el dibujo aparezca la madre, cualquier figura de autoridad o parental va a proyectar sus sentimientos positivos o negativos sobre nosotros.

 

RELACIÓN SANA AMOROSA

  

Los estados Padre de cada miembro de la relación, cuida y da afecto al Niño del otro, cuando se lo solicitan.

Sus Niños se relacionan con alegría y espontaneidad.


RELACIÓN TÓXICA

Los estados Padre de cada miembro de la relación, controlan y persiguen  o sobreprotegen al Niño del otro, tanto cuando le solicitan ayuda, como cuando no se la han solicitado.

Sus Niños se relacionan con rebusques y emociones falsas.



¿Qué reflejan los espejos de tus relaciones más cercanas?

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