miércoles, 27 de abril de 2011

Juego psicológico: Si no fuera por ti


La señora Blanco se quejaba de que su marido limitaba gravemente sus actividades sociales, de modo que ella nunca había aprendido a bailar. Debido a unas alteraciones en su actitud fruto de un tratamiento psiquiátrico, su marido empezó a sentirse menos seguro de sí mismo y a ser más indulgente. Entonces la señora Blanco pudo ampliar la gama de sus actividades. Se apuntó a clases de baile y descubrió, consternada, que sentía un gran temor a las pistas de baile y tuvo que abandonar este proyecto. Esta desafortunada aventura, junto con otras parecidas, sacó a la luz aspectos importantes de la estructura de su matrimonio. De entre sus numerosos pretendientes eligió como esposo a un hombre dominante. Quedó entonces en posición de quejarse de que podría hacer de todo “si no fuera por él”. Muchas de sus amigas también tenían maridos dominantes, y cuando se reunían por las mañanas para tomar café, pasaban bastante tiempo jugando a “Si no fuera por él”.

"Juegos en que participamos" de Eric Berne

Juego Psicológico: La Pareja Dominante

Es un juego psicológico de una persona insegura o pasiva que, en general, inconscientemente elige una pareja dominante que restringe su/sus actividades.

El jugador selecciona una pareja dominante porque a él/ella no le gusta asumir riesgos o probar cosas nuevas. La pareja dominante "protege" a los jugadores de meterse en situaciones fóbicas, tal vez por miedo al fracaso o al éxito, y esto le da al jugador una "salida" o una manera de "salvar la cara" y no tener que asumir el riesgo.

A través del uso de la represión o supresión, las quejas del jugador de "Si no fuera por ti..." mantienen a su pareja en una sensación de inquietud y le dan al jugador diversas ventajas en la relación, es decir, una "baza a jugar" en un desacuerdo, etc.

Ventajas Sociales Internas y Externas

Con este juego, el jugador obtiene una ventaja social interna. La ventaja social externa es el pasatiempo "Si no fuera por él/ella", que es su derivado, y el cual juega con amigas iguales a ella. Por ejemplo, Elena juega con sus amigas cuando expresa sus enormes deseos de trabajar y la gran frustración que siente porque su esposo no se lo permite. Dice: "Si no fuera por mi esposo, yo tendría ahora un excelente puesto, porque yo antes de casarme había empezado a ascender en mi trabajo con gran facilidad. Si no fuera por él yo tendría mucho dinero ahorrado, pero claro no tengo nada".

Pagos Posibles:

  • Confirmación de la posición existencial: "Yo estoy bien, los hombres/mujeres no están bien"
  • Eliminación de tener que enfrentarse a los miedos personales
  • Permite que él/ella participe en el pasatiempo de "Si no fuera por él/ella..." con la familia y amigos y usarlo como una forma de estructuración del tiempo y la obtención de caricias.

Funciones y Estados del Yo

Funciones - En primer lugar Víctima, a veces Perseguidor

Estados del yo: Niño a Padre

Juego explicado para que pueda entenderlo el Niño

Aquí tienes un ejemplo sencillo que podría comprender un niño pequeño del juego psicológico de "La Pareja Dominante":

Imagina que tienes dos amigos, Juan y María. Juan es un chico muy tranquilo y un poco indeciso, mientras que María es más decidida y le gusta tomar el control de las situaciones.

Un día, los tres amigos deciden jugar juntos en el parque. Juan quiere subir a la parte alta del tobogán, pero le da un poco de miedo. María, que es más valiente, le dice a Juan que no se preocupe, que ella lo acompañará y lo ayudará a subir. Juan se siente aliviado porque no tiene que enfrentar su miedo solo, y María se siente bien porque puede ayudar a su amigo.

En este ejemplo, Juan es el jugador que elige a una pareja dominante, que en este caso es María. Juan se siente más cómodo con María tomando el control de la situación y protegiéndolo de su miedo al subir al tobogán alto. María, por otro lado, se siente bien porque puede ayudar a su amigo y mostrar su valentía al enfrentar la situación.

Para Juan, el beneficio es que se siente más seguro al tener a María como pareja dominante, mientras que para María, el beneficio es sentirse útil y valiente al ayudar a su amigo. Sin embargo, este juego puede volverse problemático si Juan siempre depende de María para tomar decisiones o enfrentar sus miedos, y si María se acostumbra a tomar el control en todas las situaciones sin dejar que Juan tome sus propias decisiones.

Como en todos los juegos al final todos pierden, veamos como puede terminar este juego:

El juego podría terminar en una situación de "pierde-pierde" si ninguno de los jugadores logra satisfacer realmente sus necesidades o si la dinámica de la relación se vuelve desequilibrada y poco saludable.

Por ejemplo, si Juan siempre depende de María para tomar decisiones y enfrentar sus miedos, podría volverse cada vez más inseguro y perder la confianza en sí mismo. A su vez, María podría sentirse abrumada por la responsabilidad de siempre tener que cuidar de Juan y podría resentirse por no poder expresar sus propias necesidades y deseos.

En esta situación, ambos jugadores saldrían perdiendo. Juan no desarrollaría su capacidad para tomar decisiones y enfrentar desafíos por sí mismo, lo que afectaría su autoestima y crecimiento personal. Por otro lado, María se vería atrapada en un papel de cuidadora constante, lo que podría agotarla emocionalmente y frustrar sus propias aspiraciones y deseos.

En resumen, el juego terminaría en una situación de "pierde-pierde" si ninguno de los jugadores logra encontrar un equilibrio saludable en la relación, donde ambos puedan expresar sus necesidades, tomar decisiones de manera independiente y apoyarse mutuamente de manera equitativa.

Las excepciones:

El juego psicológico de "La Pareja Dominante" generalmente no produce beneficios de "gana-gana" de manera consistente, ya que implica una dinámica desequilibrada en la que uno de los jugadores ejerce control sobre el otro. Sin embargo, en situaciones excepcionales y con un manejo adecuado, podría haber algunos beneficios mutuos en ciertos momentos.

Por ejemplo, si ambos jugadores son conscientes de la dinámica de la relación y la utilizan de manera constructiva, podrían comunicarse abierta y honestamente sobre sus necesidades y limitaciones. En este caso, el jugador que actúa como dominante podría brindar apoyo y orientación de manera genuina, mientras que el jugador que actúa como sumiso podría reconocer y valorar esa ayuda.

Además, si ambos jugadores están dispuestos a trabajar en su propia autoestima y habilidades de afrontamiento, podrían aprender y crecer a partir de la experiencia. Por ejemplo, el jugador que se siente más cómodo asumiendo un papel dominante podría aprender a ser más empático y comprensivo con las necesidades del otro, mientras que el jugador que se siente más cómodo siendo sumiso podría desarrollar habilidades para tomar decisiones y enfrentar desafíos por sí mismo.

Sin embargo, estos beneficios serían más la excepción que la norma, ya que el juego psicológico de "La Pareja Dominante" tiende a perpetuar patrones de comportamiento poco saludables y desequilibrados. En la mayoría de los casos, la relación terminaría generando más pérdidas que beneficios para ambas partes.

Cómo salir del juego

El jugador de Si no fuera..

Para salir del juego "Si no fuera por ti", el jugador debe tomar conciencia de la dinámica de la relación y de su propia responsabilidad en mantenerla. Aquí hay algunos pasos que el jugador  puede seguir para salir del juego:

Reconocer el patrón: El primer paso es reconocer que se está atrapado en el juego psicológico "Si no fuera por ti". Esto implica ser consciente de las quejas constantes y la dependencia emocional de la pareja dominante. Puedes recordar esta clave: En la primera queja eres víctima, en la segunda eres complice.

Comunicación abierta: El jugador debe comunicarse abierta y honestamente con su pareja dominante sobre cómo se siente y cómo la dinámica de la relación está afectando su bienestar emocional.

Establecer límites saludables: Es importante que el jugador establezca límites saludables en la relación y aprenda a defender sus propias necesidades y deseos, incluso si esto significa confrontar a su pareja dominante.

Desarrollar la autoestima: El jugador debe trabajar en desarrollar su propia autoestima y confianza en sí mismo. Esto puede implicar buscar apoyo de amigos, familiares o un terapeuta, y participar en actividades que fomenten el crecimiento personal y la independencia emocional.

Tomar decisiones propias: Finalmente, el jugador debe aprender a tomar decisiones por sí mismo y a asumir la responsabilidad de su propia vida. Esto puede implicar enfrentar miedos o desafíos sin depender constantemente de la pareja dominante.

Salir del juego "Si no fuera por ti" puede ser un proceso difícil y requiere tiempo, esfuerzo y compromiso por parte del jugador complementario. Sin embargo, al tomar medidas para establecer límites saludables y desarrollar una mayor autonomía emocional, el jugador puede liberarse de la dinámica destructiva de este juego psicológico.

El complementario en el juego:

Para romper el juego psicológico de "Si no fuera por ti" desde la perspectiva de la pareja dominante, es fundamental que esta persona tome conciencia de su papel en la dinámica de la relación y esté dispuesta a cambiar su comportamiento. Aquí hay algunos pasos que la pareja dominante puede seguir para romper el juego:

Reflexionar sobre el comportamiento: La pareja dominante debe reflexionar sobre su comportamiento y reconocer cómo sus acciones contribuyen al juego psicológico. Esto implica ser honesto consigo mismo y estar dispuesto a enfrentar cualquier resistencia emocional que surja.

Escuchar activamente: Es importante que la pareja dominante escuche activamente las preocupaciones y necesidades de su pareja complementaria. Esto significa prestar atención a sus sentimientos y ser empático con su situación.

Promover la autonomía: La pareja dominante debe alentar a su pareja complementaria a tomar decisiones por sí misma y a asumir la responsabilidad de su propia vida. Esto implica respetar los límites y las necesidades individuales de cada uno.

Fomentar la comunicación abierta: Es fundamental que la pareja dominante fomente la comunicación abierta y honesta en la relación. Esto implica crear un ambiente seguro donde ambos puedan expresar sus sentimientos y preocupaciones sin temor a ser juzgados o criticados.

Buscar ayuda profesional: Si la dinámica de la relación es difícil de cambiar por sí sola, la pareja dominante puede considerar buscar ayuda profesional. Un terapeuta o consejero matrimonial puede proporcionar herramientas y técnicas para abordar los problemas subyacentes y mejorar la comunicación en la pareja.

Romper el juego de "Si no fuera por ti" requiere un compromiso por parte de ambas personas en la relación para cambiar la dinámica y fomentar una relación más saludable y equilibrada. Si la pareja dominante está dispuesta a hacer el trabajo necesario, puede ayudar a liberar a su pareja complementaria de la dependencia emocional y promover una mayor autonomía y autoestima.

En ambos casos se han de renunciar a los beneficios para evitar los sentirse perjudicados en el juego.

Beneficios y perjuicios del juego

Beneficios para el jugador/a:

Sentirse protegido y seguro al depender de la pareja dominante.
Evitar enfrentar desafíos y tomar decisiones difíciles al dejar que la pareja dominante asuma la responsabilidad.
Obtener atención y apoyo de la pareja dominante al expresar constantemente necesidades y quejas.

Perjuicios para el jugador/a:

Experimentar una pérdida de autonomía y control sobre su propia vida.
Desarrollar una baja autoestima y una sensación de incompetencia al depender constantemente de la pareja dominante.
Sentir resentimiento y frustración hacia la pareja dominante por la falta de reciprocidad y apoyo emocional.

Beneficios para la pareja dominante:

Sentirse poderoso y en control al tener influencia sobre las decisiones y acciones del jugador complementario.
Experimentar validación y reconocimiento de su importancia en la relación al ser constantemente necesitado por el jugador complementario.
Reforzar su autoestima y confianza en sí mismo al compararse favorablemente con el jugador complementario.

Perjuicios para la pareja dominante:

Experimentar una responsabilidad abrumadora al tener que tomar decisiones por ambos miembros de la pareja y satisfacer constantemente las necesidades del jugador complementario.
Sentir falta de reciprocidad y apoyo emocional por parte del jugador complementario, lo que puede generar resentimiento y frustración.
Experimentar una limitación en su propia autonomía y libertad para tomar decisiones individuales al tener que asumir constantemente el papel de líder o protector.



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