El Triángulo Dramático es un concepto desarrollado por Stephen Karpman, basado en el Análisis Transaccional de Eric Berne. Este modelo ilustra cómo las personas a menudo asumen roles inconscientes en sus interacciones, creando dinámicas disfuncionales. En el Triángulo Dramático, los tres roles fundamentales son el Perseguidor, el Salvador y la Víctima. Estos roles se entrelazan y perpetúan patrones de comportamiento poco saludables en diversos contextos, tanto personales como profesionales.
Perseguidor:
El Perseguidor asume un papel de crítico, controlador o agresor. En este rol, una persona puede adoptar una postura autoritaria, imponiendo sus opiniones o demandando obediencia. A menudo, el Perseguidor surge de una necesidad de mantener el control o de una percepción de amenaza.
Salvador:
El Salvador se caracteriza por asumir un papel de rescatador o cuidador excesivo. Esta persona tiende a intervenir y ofrecer ayuda de manera desmedida, a menudo creyendo que sabe lo que es mejor para los demás. El Salvador puede tener la intención de ayudar, pero su comportamiento puede volverse invasivo y generar dependencia en la persona que ocupa el rol de Víctima.
Víctima:
La Víctima se percibe a sí misma como vulnerable, impotente o necesitada de ayuda. Este rol puede implicar la aceptación pasiva de las circunstancias o la búsqueda constante de ayuda externa. La Víctima a menudo busca la simpatía y la atención, alimentando así el ciclo del Triángulo Dramático.
Dinámica del Triángulo Dramático:
La dinámica del Triángulo Dramático implica que las personas pueden cambiar entre estos roles, y las interacciones entre Perseguidor, Salvador y Víctima pueden perpetuarse de forma continua. Por ejemplo, un Perseguidor puede agredir a una Víctima, llevando al Salvador a intervenir para "rescatar" a la Víctima. Sin embargo, esta intervención a menudo refuerza la posición de Víctima y puede llevar a que el Perseguidor se convierta en la nueva Víctima, cerrando así el ciclo.
Aplicaciones en la Vida Personal y Profesional:
En la vida personal, estas dinámicas pueden aparecer en relaciones familiares, amistades o parejas. En el ámbito profesional, estas dinámicas pueden manifestarse en entornos laborales, equipos de trabajo o en relaciones jefe-empleado.
Impacto Negativo:
Las dinámicas del Triángulo Dramático generan conflictos, frustraciones y desgaste emocional. Pueden impedir el crecimiento personal y profesional, ya que las personas se ven atrapadas en patrones de comportamiento poco saludables.
Salida del Triángulo:
La clave para romper el Triángulo Dramático radica en la toma de conciencia de los roles asumidos y en la adopción de una comunicación abierta y asertiva. Las personas deben aprender a establecer límites, responsabilizarse de sus acciones y fomentar relaciones basadas en la colaboración y el respeto mutuo.
En resumen, el Triángulo Dramático destaca la importancia de reconocer y cambiar los roles de Perseguidor, Salvador y Víctima para fomentar relaciones más saludables y equitativas en diversos contextos de la vida.
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