martes, 31 de agosto de 2010

Juegos psicológicos. Video

Cuando dos personas interactúan, es posible identificar la naturaleza de las transacciones que intercambian y luego identificar una secuencia de transacciones que va a afectar a la relación, lo que resulta en un "beneficio negativo" para los interlocutores. Posiblemente, esta secuencia de transacciones conducirá a resentimientos, molestias, y las dos personas experimentarán emociones bastante negativas después de este intercambio (ira, tristeza, amargura, etc.).

Esta secuencia relacional se reproduce de acuerdo con ciertas reglas preliminares y tiene características repetitivas. Además, de acuerdo con nuestra personalidad y nuestra forma de desarrollarnos desde nuestra primera infancia, tendemos a reproducir siempre los mismos juegos, jugarlos constantemente y, por lo tanto, casi siempre obtener los mismos beneficios negativos.

Estos juegos psicológicos, descritos por Eric Berne en el marco del Análisis Transaccional, se sostienen por guiones inconscientes que nos llevan a repetir patrones relacionales disfuncionales. A menudo, no somos conscientes de que estamos participando en un juego hasta que sentimos el malestar emocional que lo acompaña. La clave está en identificar las transacciones que lo activan y detener el ciclo antes de que se complete. Para ello, es fundamental activar el estado del Yo Adulto, que nos permite observar con objetividad, tomar distancia emocional y elegir una respuesta diferente.

En contextos terapéuticos o educativos, trabajar sobre estos patrones permite a las personas recuperar su autonomía relacional. Aprender a reconocer los juegos, comprender su función y sustituirlos por transacciones limpias y directas es un paso esencial hacia relaciones más sanas y conscientes. La proactividad emocional comienza cuando dejamos de reaccionar automáticamente y empezamos a responder desde la libertad interior.

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