jueves, 7 de marzo de 2024

Ejercicio ansiedad como motor de avance o reframing


La técnica de reframing permite cambiar nuestros pensamientos negativos y ver las situaciones de manera más positiva y constructiva. A través de esta técnica, desafiamos pensamientos automáticos y los reemplazamos por ideas más positivas y realistas. El objetivo es encontrar una nueva perspectiva equilibrada, realista y saludable. Por ejemplo, al cambiar la forma en que interpretamos una situación, modificamos la manera en que nos afecta emocionalmente. Al aplicar el reframing, es posible experimentar beneficios como la reducción del estrés y la ansiedad, así como la mejora de la autoestima. Es una herramienta poderosa para transformar nuestra percepción y mejorar nuestra salud mental y emocional.

Aquí tienes una actividad para trabajar con los estados del yo y promover la plasticidad cerebral durante tiempos difíciles:

Actividad: Reframing Mindset

1. Reflexión inicial: Antes de comenzar la actividad, tómate un momento para reflexionar sobre una situación difícil o desafiante que estés enfrentando en tu vida en este momento. Identifica los pensamientos y emociones negativas asociadas con esta situación.

2. Identificación de perspectivas alternativas:  Identifica diferentes formas en las que podrías reinterpretar esta situación. Por ejemplo:

   - Para la ira: ¿Cómo podría esta situación motivarte o recordarte lo que es importante para ti?

   - Para el miedo: ¿Cómo podrías utilizar el miedo para ser más cuidadoso y reflexivo en tus decisiones?

   - Para la tristeza: ¿De qué manera esta tristeza podría motivarte para hacer cambios en tu entorno o comportamiento?

   - Para la preocupación: ¿Cómo puede la preocupación ayudarte a definir tus expectativas y enfocarte en tus objetivos de manera más realista?

   - Para la frustración: ¿Cómo puede la frustración desafiarte a hacer más o mejor en lugar de quitarte la motivación?

3. Selección de perspectiva: Una vez que hayas identificado diferentes formas de reinterpretar la situación, elige una perspectiva que te parezca más útil y positiva en este momento. Recuerda que tú tienes el poder de elegir cómo interpretar y responder a las situaciones difíciles.

4. Visualización: Cierra los ojos y visualiza la situación desde la perspectiva elegida. Imagina cómo te sentirías y cómo actuarías si adoptaras esta nueva forma de ver las cosas. Permítete experimentar las emociones positivas y la sensación de empoderamiento que proviene de ver el potencial incluso en los peores estados mentales.

5. Plan de acción: Finalmente, crea un plan de acción basado en esta nueva perspectiva. Identifica los pasos concretos que puedes tomar para enfrentar la situación de manera más positiva y constructiva. Comprométete a implementar estos pasos y a mantenerte abierto a nuevas oportunidades de crecimiento y aprendizaje.

Recuerda que la plasticidad cerebral nos permite adaptarnos y cambiar nuestra forma de pensar y responder a las situaciones. Practica esta actividad regularmente para fortalecer tu capacidad de ser resiliente y vivir de manera más feliz y plena.

Ejemplos prácticos:

Ejemplo 1: Perspectiva de la ira

Situación: Pierdes una oportunidad laboral importante y te sientes extremadamente frustrado y enojado contigo mismo y con la situación.

Perspectiva alternativa: La ira puede motivarte a mejorar tus habilidades y a buscar nuevas oportunidades. En lugar de enfocarte en la pérdida, puedes ver esto como un recordatorio de lo que realmente deseas en tu carrera y trabajar aún más duro para alcanzarlo.

Acción: En lugar de permitir que la ira te consuma, canaliza esa energía hacia el desarrollo profesional. Dedica tiempo extra a mejorar tus habilidades, investiga nuevas oportunidades laborales y mantén una actitud proactiva y determinada.

Ejemplo 2: Perspectiva del miedo

Situación: Estás nervioso por presentar un proyecto importante frente a tus colegas y temes cometer errores o ser juzgado negativamente.

Perspectiva alternativa: En lugar de dejar que el miedo te paralice, puedes utilizarlo como una señal para ser más cuidadoso y reflexivo en tu preparación y presentación. Este miedo puede recordarte la importancia del proyecto y motivarte a dar lo mejor de ti.

Acción: En lugar de enfocarte en las posibles consecuencias negativas, enfócate en tus fortalezas y en la preparación adecuada. Practica tu presentación varias veces, busca retroalimentación constructiva y recuerda que es natural sentir un poco de nerviosismo antes de eventos importantes.

Ejemplo 3: Perspectiva de la tristeza

Situación: Experimentas tristeza y desmotivación después de una ruptura amorosa.

Perspectiva alternativa: En lugar de permitir que la tristeza te paralice, puedes utilizarla como motivación para hacer cambios positivos en tu vida. Esta experiencia puede servir como un punto de inflexión para enfocarte en tu crecimiento personal y en encontrar una mayor satisfacción en otras áreas de tu vida.

Acción: En lugar de centrarte en el dolor de la ruptura, busca maneras de sanar y crecer a partir de esta experiencia. Dedica tiempo a cuidar de ti mismo, establece nuevas metas personales y busca actividades y pasatiempos que te brinden alegría y satisfacción.

Diálogo interno de los estados del yo:

Niño: Estoy tan frustrado por haber cometido ese error en el trabajo. ¡No puedo creer que haya arruinado todo!

Padre: Tranquilo, Niño. Todos cometemos errores. Es importante recordar que puedes aprender de esto y mejorar en el futuro.

Adulto: Tienes razón, Padre. En lugar de centrarme en la frustración, debo reflexionar sobre lo que salió mal y cómo puedo hacerlo mejor la próxima vez.

Niño: Pero siento tanta ansiedad por lo que pensarán mis colegas. ¿Y si piensan que soy incompetente?

Padre: Entiendo tu preocupación, Niño, pero recuerda que lo importante es cómo respondes y te recuperas de los errores. La percepción de los demás no define tu valía.

Adulto: Tienes razón, Padre. Debo concentrarme en solucionar el problema y en cómo puedo demostrar mi valía a través de mi trabajo futuro. Aceptaré la retroalimentación de manera constructiva y me esforzaré por mejorar.

Niño: Aún me siento triste por lo sucedido, pero estoy empezando a sentirme más esperanzado por el futuro.

Padre: Eso es normal, Niño. La tristeza es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento. Pero recuerda que cada desafío nos brinda la oportunidad de fortalecernos y mejorar.

Adulto: Gracias, Padre. Me siento más tranquilo ahora. Me comprometo a aprender de esta experiencia y a seguir adelante con determinación y optimismo.

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