martes, 26 de marzo de 2024

Juegos psicológicos y dinámicas relacionales



Berne definió los estados del yo como: 

  • Padre es la amalgama de actitudes, sentimientos y comportamientos que reflejan las figura parentales
  • Adulto se adapta a la realidad presente, sin ser influenciado por prejuicios heredados o actitudes infantiles
  • el Niño representa una reliquia de la propia niñez del individuo

El análisis de estos estados nos sumerge en la comprensión de cómo las personas se comunican entre sí y por qué se comportan de cierta manera. Esta comprensión facilita el camino hacia relaciones más saludables y un crecimiento personal más profundo. El estudio de los juegos es esencial en el Análisis Transaccional, ya que revela patrones inconscientes que, al romperse, pueden liberar a las personas de comportamientos negativos muy arraigados.

Los juegos proporcionan una satisfacción superficial a las necesidades humanas de reconocimiento, aprecio y logro. Cuando estas necesidades son difíciles de satisfacer directamente, recurrimos a los juegos como un paliativo al dolor del aislamiento y la inercia. La lucha de poder, las quejas constantes, las críticas destructivas y el juego de culpas se entrelazan en la cotidianidad de nuestras vidas.

Los juegos son como una especie de parche para esas necesidades humanas de reconocimiento, aprecio y logro cuando no podemos satisfacerlas directamente. Son como una especie de alivio para el aislamiento y la monotonía que sentimos. Todos esos enredos de sentimientos, quejas, regaños y ese murmullo constante de "esto no debería estar pasando", se mezclan en nuestra vida diaria.

El verdadero problema surge cuando estos juegos alcanzan niveles más graves, donde las cosas se complican de verdad. Hablamos de fracasos sociales, discusiones que terminan en crisis familiares, incluso situaciones que pueden llegar a lastimar físicamente y romper relaciones. Cuando las peleas se vuelven públicas, cuando los tribunales tienen que intervenir en matrimonios, cuando los accidentes se vuelven habituales y terminan con lesiones permanentes.

En el mundo del Análisis Transaccional, estos juegos toman formas interesantes. Por ejemplo, tienes el juego de echarle la culpa al otro en el matrimonio, donde uno de los cónyuges simplemente culpa al otro por todo lo que está mal en la relación. A menudo, esto se convierte en una batalla sin fin, donde cada día es lo mismo pero con diferente empaque.

Pero, ojo, no estamos diciendo que toda la culpa sea ficticia o que no haya que responsabilizar a alguien por un comportamiento abusivo. Lo que el Análisis Transaccional señala es que a veces una persona disfruta culpando a otra, de una manera medio retorcida. En lugar de eso, podrían canalizar esa energía en buscar soluciones reales. La idea no es culpar a la víctima, sino detener el juego de acusaciones y encontrar maneras más constructivas de lidiar con los problemas.

Un ejemplo muy común de este juego de culpar al matrimonio es lo que llamamos "If It Weren't For You" (IWFY). Digamos que Sergio solía ser un gran aficionado al tenis, pero desde que se casó con Sonia, rara vez tiene tiempo para jugar. Entonces, siempre le dice a sus amigos: "Lo siento, no puedo ir, mi esposa no me deja". Pero un día, Sonia hace un esfuerzo especial para que Sergio juegue a un campeonato, le compra incluso unas raquetas nuevas de marca. Pero resulta que Sergio, en el fondo, no disfruta tanto del tenis como antes y se siente ansioso cada vez que juega. Ahí es cuando tiene que dejar de culpar a su esposa y enfrentarse a sus propios sentimientos de inseguridad.

Los juegos que se dan en el trabajo son de otro nivel. Uno bien conocido es el "Pasar la pelota", típico en empresas con jerarquías, donde las decisiones siempre parecen llegar de arriba y la participación parece ser intensa pero en realidad no lleva a nada. Y gracias a nuestra necesidad humana de pelear por poder y el gusto por las humillaciones, el juego del "¿Por qué no tú? - Sí, pero..." es un clásico en el mundo empresarial.

Imagina que tu jefe convoca una reunión y te pide sugerencias, pero cada vez que alguien propone algo, él lo corta con un "Sí, está bien, pero no funcionará porque..." Hasta que saca su idea favorita y la proclama como la gran solución. El equipo simplemente se encoge de hombros y él piensa que ha hecho su gran aporte a la reunión. Su ego se alimenta de la mediocridad de su equipo.

Cuando alguien promete algo y luego se echa para atrás, le llamamos juego de "Rapo", especialmente si se trata de promesas románticas. Crear expectativas para luego hacerlas añicos es un juego sucio que llamamos "Rapo social". Como cuando alguien dice, en un momento de falsa sinceridad, "Oh, eres tan comprensiva; No te importa si me olvido de nuestras citas. No eres como mis ex novias, que se enfadaban tanto".

Hay otro juego muy tóxico que podríamos llamar "Juegos Kick Me", donde básicamente te metes en problemas a propósito, provocando a amigos, familiares o autoridades, o compartiendo información comprometedora. A largo plazo, esto puede resultar en abusos de todo tipo.

Mientras algunos son pesimistas y dicen: "¿Pero no es así la vida, aceptar lo que venga y adaptarse?" Los analistas transaccionales prefieren ver el vaso medio lleno y nos animan a crear nuestra propia felicidad, a pesar de los tropiezos y las debilidades. Su mantra es: "Puedes ser quien quieras ser y sentir lo que quieras sentir, porque tienes el poder de cambiar tu comportamiento".

Veamos como ejemplo como se desarrolla un Juego de alboroto en al familia:

Lucas, un niño enérgico de ocho años, entra corriendo en la sala. Sus ojos brillan de expectación mientras busca frenéticamente entre su familia reunida en la mesa del desayuno.

- Lucas: "¿Dónde está mi gorra de béisbol?"

La hermana mayor, con una sonrisa burlona, responde:

- Hermana Mayor: "¿Y a mí qué me dices? No soy adivina".

El padre, intentando ayudar, sugiere:

- Padre: "Creo que la dejaste en el patio ayer".

La madre, con un tono de reproche, replica:

- Madre: "Deberías haberla recogido de allí si la viste en el patio".

El padre se defiende:

- Padre: "Ayer estuve ocupado con los informes para la reunión de hoy. No puedo estar en todos lados a la vez".

Y así comienza la dinámica del "Alboroto familiar". Durante los próximos 15 minutos, los padres de Lucas discuten entre ellos, mientras su hermana intenta mediar. Lucas, sin embargo, queda completamente excluido. Coge su gorra de béisbol del patio y se escabulle, murmurando para sí mismo:

- Lucas (murmurando): "Ojalá esto acabara pronto".

Aunque está ajeno a su propio papel en el conflicto, Lucas siente una satisfacción secreta al provocar a sus padres. Le resulta fácil hacerlos enojar, pero ganar su aprobación es una tarea difícil.

La "Alboroto familiar" es un juego que se repite durante el desayuno, la preparación para la escuela y en otros momentos de tensión. Según  Berne, estas dinámicas familiares mantienen el flujo de estímulos psicodinámicos necesarios para la vitalidad de la vida.

Steve Karpman, psiquiatra de renombre, desarrolló el Triángulo del Drama, identificando los roles de Salvador, Perseguidor y Víctima que los miembros de la familia adoptan en estos juegos. Observó que estos roles se asemejan a los encontrados en los cuentos de hadas. Por ejemplo, comparó la dinámica familiar con el cuento de "La Caperucita Roja", donde los roles de la niña víctima, el cazador salvador, el lobo perseguidor y la abuela víctima se entrelazan.

La familia de Lucas se dio cuenta de que él asumía el papel de la víctima necesitada, su hermana actuaba como la perseguidora marginal, su padre se convertía en el perseguidor central y su madre terminaba siendo la víctima acusada.

¿Cómo participas en estos juegos? Si percibes que alguien más está involucrándote, pregúntate qué papel complementario podrías estar jugando. Utilizar el Plan de Juego del Análisis Transaccional te ayudará a recopilar datos para analizar tus propios juegos.

Hazte estas preguntas:

• ¿Qué sucede repetidamente para que termines sintiendo... (menciona la emoción o sentimiento)?

• ¿Quiénes están involucrados?

• ¿Cómo comienza todo?

• ¿Qué ocurre después? ¿Y luego? ¿Y luego?

• ¿Cómo termina todo?

• ¿Qué sienten y hacen todos?

Busca patrones recurrentes en tu vida con diferentes personas y en distintos momentos. Al observar honestamente estos patrones, podrás identificar tus propias provocaciones, cegueras, ingenuidades o ignorancias que te llevan a situaciones negativas.

El Análisis Transaccional no se trata solo de análisis. Es importante entender las emociones y pensamientos subyacentes para fortalecerte internamente y desbloquear tu potencial, la meta es ofrecerte opciones para cambiar comportamientos, pensamientos y sentimientos.

• Reflexiona sobre qué sentimientos positivos deseas cultivar en lugar de los negativos que experimentas en tus juegos.

• Decide comprometerte con estos sentimientos y visualiza cómo te sentirías al comenzar una interacción que suele terminar mal.

• Elige qué harás de manera diferente.

• Decide qué dejarás de decir y qué dirás en su lugar.

• Escribe tu propio "contrato de vida" utilizando afirmaciones como: 

Seré feliz. 

No causaré daño a mí mismo ni a otros. 

Buscaré ayuda cuando la necesite.

Expresaré mis sentimientos con seguridad.


No hay comentarios: